Si algo hay que reconocerle a la CEOE es su tino eligiendo a los representantes de los empresarios. Tanto Diaz Ferrán, como el actual el atrabiliario Joan Rosell son espléndidos arquetipos de la estulticia que gestiona las empresas españolas. En líneas generales, claro. Vean lo que dice este tolete, en la información que trae Miguel Jiménez en EL PAÍS
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