Llama
poderosamente la atención la posición de “perfil bajo”, cuando
no abiertamente tolerante, del sector turístico canario con
las prospecciones en nuestra tierra, cuando precisamente las
Federaciones de Operadores Turísticos de toda Europa han
dado la voz de alarma sobre las nefastas consecuencias de esta
actividad petrolera. Cuando gran parte de la sociedad canaria levanta
su voz contra esta barbarie que dañará las costas y el futuro de
las islas, si nadie lo remedia, uno de los sectores mayormente
perjudicados por un hipotético vertido, se pone de perfil para no
indisponerse con este Gobierno. Claro que, si tenemos en cuenta que
este sector está en manos mayoritariamente peninsulares y
extranjeras, “con los huevos en varias cestas”, no nos debe
extrañar que no les preocupe mucho que se malogren los huevos de la
cesta canaria siempre que le acrecienten los de sus “otras cestas”.
No
se entiende de otra manera que, mientras altos dirigentes políticos
del PP y ex-ministros del mismo partido se muestran claramente
en contra de este tipo de prospecciones en el Mediterráneo, los de
aquí y los de allí, incluido el canario Soria estén “a partir un
piñón” con REPSOL y sus temerarias prospecciones. Claro que los
que tienen realmente que perder ante un más que probable vertido son
los canarios y empresarios canarios, aunque no todos han sabido ver
con claridad este problema ante la malintencionada maraña
desinformadora de los medios mayoritarios que difunden y confunden
con la filosofía del pan para hoy... (en forma de contratos
publicitarios en sus medios).
Otro
argumento reiteradamente expuesto para “conquistar los corazones”
de los canarios
es el martillo pilón de la creación de empleo. Es
el mismo argumento que utilizan siempre los que precisamente les
importa un bledo el empleo, porque han sido los coautores de este
marasmo laboral en que se ha convertido Canarias. Pues bien, esta
cantinela también es falsa, como falsa es cada vez que la utilizan
para forzar la voluntad del pueblo en pos de su enriquecimiento
personal. Siempre que algún gran empresario o político quiere
forzar una situación o negociación que le es adversa, recurre
sistemáticamente a la creación de empleo -repasen hemerotecas- como
justificación a todos los desmanes posibles, y este de las
prospecciones es otra de ellas. Ellos saben de antemano que no son
ciertos los datos de creación de empleo, pero a unos y a otros les
da igual. Para cuando la desgracia haya ocurrido y el piche se adueñe
de nuestras costas ellos ya estarán instalados en sus paraísos
disfrutando de los réditos obtenidos (lease altas remuneraciones en
los consejos de dirección de las empresas beneficiadas o afines), y
ya hemos comprobado como la responsabilidad ante estos desastres
ecológicos se difuminan en los sumideros de la justicia -la
sentencia del PRESTIGE es sólo un ejemplo.
Así
que, los únicos que tenemos que perder en este negocio somos los
canarios de bien,
porque en caso de producirse el desastre ecológico
vamos a terminar comiéndonos unos a otros ante el desolador panorama
que puede llegar a producirse; sin agua, sin alimentos, sin trabajo,
sin futuro, sin nada... Y dejando por el camino un destrozo de vida
marina de incontestable riqueza. Todo para que una empresa privada y
cuatro desalmados se forren.
España
no sacará un euro de aquí y Canarias tampoco, sólo una empresa privada llamada REPSOL, que de española tiene más bien poco.
El
futuro está en las renovables y Canarias es un paraíso natural para
su desarrollo. Éstas si que generan empleo y son fuente de riqueza.
Hasta los países árabes
invierten en renovables en el conocimiento del inminente agotamiento
de los recursos petroleros. ¿Qué hacemos nosotros apostando por una
energía fósil caduca, cuando países como Catar,
Arabia Saudí, Kuwait o Emiratos han comenzado a invertir en
renovables?
Que
lo explique Soria.
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