La Ley Orgánica 10/1982, de 10 de agosto, de Estatuto de Autonomía de Canarias, recoge la oficialidad de la bandera canaria (la del escudo y los canes), pero de todos es sabido que el pueblo canario con la que se siente mayoritariamente identificado -cada vez más- es con la de las siete estrellas verdes.
Recuerdo
que en mis lejanos años de adolescencia y juventud en los que
cantábamos en las verbenas y bailes aquello de “Me gusta la
bandera, me gusta la bandera, ay, mamá, bandera tricolor. Con siete
estrellas verdes, con siete estrellas verdes,
...”
Hablamos de finales de los 70 y comienzos de los 80, con el dictador
muerto y enterrado, y con una democracia incipiente de la mano de una
transición muy controlada, en la que ya cantábamos y revindicábamos
nuestra bandera, con la que realmente nos sentíamos identificados
los canarios. Sin embargo, por aquello de la vinculación de Antonio
Cubillo y el MPAIAC en la creación de aquella bandera que data de
1964, las desconfiadas mentes del extinto régimen e incipiente
autonomía estimaron que era mucho mejor crear una nueva bandera en
lugar de la de las siete estrellas, intentando “atar los machos”
de un posible resurgir independentista canario.
Así
se acordó y así se firmó, sin que nadie estimase oportuna una
consulta al pueblo canario
sobre el particular...
sobre el particular...
La
realidad es que 33 años después de la aprobación de la referida
ley que “zanjaba” supuestamente el asunto, el pueblo canario
sigue usando y saliendo a la calle con la bandera tricolor de las
siete estrellas verdes con motivo de cualquier manifestación
reivindicativa o festiva. Lo pudimos comprobar en la masiva
manifestación celebrada en la capital grancanaria en contra de las
prospecciones petrolíferas. La única bandera institucional que pude
ver en todo el recorrido -y eran muchas- fue una de grandes
dimensiones a la que se le habían pintado unas grandes manos negras,
en clara alusión al motivo de la protesta. Incluso algunos partidos
políticos de corte nacionalista las utilizan en sus manifestaciones
o mítines públicos.
La
pregunta es; si los canarios se sienten vinculados y representados en
todas sus manifestaciones por la tricolor de las siete estrellas
verdes, si los partidos de corte nacionalista e incluso gran parte de
los sindicatos hacen uso de la misma en todas sus manifestaciones
públicas ¿POR QUÉ NO SE ADOPTA ESTA BANDERA COMO OFICIAL? Estoy
seguro que la aprobación sería masiva y respaldada por la mayor
parte de la población, independientemente de colores políticos.
Desde
luego quien sea capaz de enarbolar -y nunca mejor dicho- la bandera
tricolor con una iniciativa popular o en el propio parlamento canario
para que “todo el mundo se retrate” se apuntará un tanto nada
desdeñable en un año electoral como este.
Vaya por
delante que para mí las banderas no son más que “un cacho trapo”
que a lo largo de la historia han sido utilizadas interesadamente
para ganar adeptos y renovar sentimientos u supuestas ofensas,
sentimientos que han costado en ocasiones no pocas vidas. Pero dicho
esto afirmo, que si este “cacho trapo” consigue ser “la pomada”
que cure parte del desperdigado sentimiento identitario canario,
estoy dispuesto a defenderla y defender a quien encabece esta
propuesta con fundamento. Mi bandera es la tricolor, la de siete
estrellas verdes.
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