Hasta el momento en esta
corta democracia española quien ganaba las elecciones tenía “la
obligación” de formar gobierno. Para ello -cuando no disponía de
mayoría absoluta- intentaba negociar acuerdos de investidura o
gobierno (incluso hablando catalán en la intimidad). Pero era
siempre “el ganador” el que debía tomar la iniciativa y
“trabarjarse” los apoyos necesarios. En esta ocasión parece ser
que las cosas han cambiado y deben ser los demás (los perdedores)
los que tienen que “facilitar” el gobierno del ganador, sin que
este último se despeine.
Así las cosas, tenemos a
un PP ganador exigiendo a los demás el apoyo necesario para su
investidura “por el bien de España”, mientras se relame ante la
posibilidad de un más que probable tsunami abstencionista en unas
hipotéticas próximas elecciones que le coloque al borde de la
mayoría absoluta. Aquí debo explicar que, teniendo sobradamente
contrastado el suelo fijo de voto que tiene el PP, es decir, los
ciudadanos que pase lo que pase les van a votar, y que siempre votan,
es de suponer que con una mayor abstención sacarían mayor número
de escaños. Por otra parte, el PP está instalado en el “cuanto
peor mejor”, y que ni la mayor corrupción de la historia de España
-hoy presente en multitud de procesos judiciales en los que se
encuentra incurso el propio partido-, ni el destrozo laboral que ha
perpetrado contra la clase trabajadora, ni el educativo, ni el
sanitario, ni el social le pasen factura electoral. Por lo que nos
encontramos con un PP crecido ante la indolencia nacional de un
pueblo que se traga todo lo que los grandes medios vomitan, sea
verdad o mentira (lo han dicho en la tele, o en la radio, o en la
prensa…). Ya no voy a entrar en la guerra informativa en la que los
medios públicos (TVE y RNE) son utilizados como medios de propaganda
del partido -incluidas tertulias televisivas sin contraste de
opiniones, todos a una “como Fueteovejuna”-, ni en los medios
privados que “bajo cheque” atacan y defienden -según la ocasión-
cual “perros de prensa” del buen amo que los alimenta. La idiotez
no tiene cura y el único remedio es la lectura, pero a pesar de la
multitud de medios y facilidades para acceder a la información, a la
buena información, la búsqueda de la verdad se hace cada vez más
difícil, en la que algunos medios de comunicación -los mayoritarios
especialmente- se han vuelto mercenarios del mejor postor. Dignidad,
coherencia, profesionalidad? Eso qué es? El cuarto poder se deshace
también...
Por otra parte tenemos a
un PSOE con los peores resultados de su historia en un quiero y no
puedo. “Susto o muerte” me parece poco para describir la
situación. A Pedro Sánchez le espera “la guillotina” si no
gobierna y su propio partido no le deja gobernar. Los números
cuadran para conseguirlo, pero debe ser con Unidos Podemos, y en la
Ejecutiva Nacional y los viejos generales del socialismo no quieren
ni oír hablar de ellos porque no les dejaran seguir siendo la
muletilla del IBEX-35 y sus suculentas puertas giratorias o porque
temen ser fagocitados por la nueva izquierda. Sólo rezan y desean
que Rajoy pueda conseguir los apoyos para su investidura sin su
abstención -cosa bastante improbable- y así salvar la cara ante su
electorado. Tampoco quieren dejar sólo en la oposición a Unidos
Podemos porque sería nefasto para ellos.
Unidos Podemos sigue
digiriendo unos resultados electorales inauditos, según las
encuestas previas. No es digerible que se equivoquen todas las
encuestas de forma tan contundente. Algo ha debido pasar, no sólo la
abstención de sus votantes, pero ante la falta de pruebas claras de
lo sucedido les supongo velando armas ante una nueva cita electoral.
Supongo que una de las cuestiones a tener en cuenta ante la próxima
cita electoral será “ni una sola mesa electoral sin interventor”,
por lo que pueda pasar... También planifican su estrategia ante el
panorama turbio que se les ofrece. Quieren un pacto con Psoe, a pesar
de que se sabe que tendrían que ceder en sus políticas más allá
de lo decente, pero aún así están dispuestos a arriesgar con tal
de que no siga gobernando “esta derecha” que amenaza con seguir
destrozando lo poco que queda de país y de derechos laborales.
Ciudadanos, un partido de
derechas disfrazado de centro, hecho a medida, alimentado e inflado
para recoger los votos que caigan del putrefacto cesto de la
corrupción del PP (algunos ya no les pueden votar ni con la mano en
la nariz), loco por pactar con el PP para acariciar los ansiados
sillones que les criticaron a otros (ya lo demostraron en la
composición de La Mesa del Congreso), pero presos de sus compromisos
electorales de no hacer presidente a Rajoy. Ya sabrán ellos como
“endulzarla” para “metérnosla”…
Y para Canarias “dos
huevos duros”, con un Pedro Quevedo (NC) que dice que sólo se ha
comprometido a apoyar la hipotética candidatura de Pedro Sánchez,
para el PP dice NO (veremos acontecimientos), y una Ana Oramas (CC),
que se botó a los brazos del PP al día siguiente de las elecciones
sin comprobar si había “agua en la piscina”, motivada
seguramente por la hipotética y deseada “patada en el culo” que
podrían darle a Psoe en el Gobierno Canario para pactar con su
queridísimo PP (el mismo PP que trata a los canarios con la
histórica displicencia colonial), y que ahora anda reculando y
matizando ante lo incierto del panorama.
Veremos por tanto que nos
depara este incierto “potaje electoral” poco frecuente para los
acostumbrados al bipartidismo tradicional. Desconozco si el problema
es que ahora no tenemos políticos de valía o que nunca los hemos
tenido y que yo me estoy enterando ahora.
Algunos empezamos a abrir
los ojos políticos un poco tarde. Por eso lo del título de este
texto que un servidor expone desde su torpeza...
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