Este Norte grancanario
tiene una oportunidad histórica para dejar atrás años de atraso e
indolencia si sus gobernantes municipales saben aprovechar la
multitud de sinergias que se pueden generar en torno a las
condiciones económicas, culturales, sociales y políticas que
confluyen en estos momentos, a pesar de la mal llamada crisis.
Es evidente que la
conformación política del Cabildo y de los tres ayuntamientos que
fueron el germen de la Mancomunidad del Norte (Agaete, Gáldar y
Guía), es sin duda un acicate para la realización de políticas que
fomenten la economía local, la creación de empleo y la calidad de
vida de sus habitantes.
La existencia de un
puerto de conexión interinsular en Agaete podría ser sin duda el
germen de nuevas empresas y el impulso a polígonos existentes o
futuros en la comarca, aunque hasta la fecha no parece notarse en
exceso su influencia.
La presencia de la
Universidad Fernando Pessoa en Guía, podría significar también
-como en el caso anterior- una fuente de sinergias de todo tipo que
habría que saber aprovechar e impulsar en un deseable tamdem
público-privado.
Qué decir de lo que
podría representar el Parque Científico-Tecnológico de Gáldar…
El turismo alternativo y
complementario al existente es toda una apuesta y oportunidad
pendiente de analizar, valorar e impulsar (rural, deportivo, salud y
cultural).
La continuidad e impulso
por las energías renovables, que ya inició Gáldar hace tiempo,
puede ser -además de fuente de ingresos o abaratamiento de costes
municipales- un potente nicho de creación de empleo.
Agaete-Gáldar-Guía debe
conformar cuanto antes el núcleo duro de la Mancomunidad y un único
ente, mancomunando servicios y aunando esfuerzos. No tiene sentido
triplicar servicios y costes cuando se puede impulsar y complementar
las potencialidades de cada uno en lugar de rivalizar estúpidamente.
Alejar el zoom y el ombliguismo nos hará ver con otra perspectiva
nuestras capacidades y oportunidades Todos saldríamos sin duda
beneficiados.
Si no se aprovecha la
ocasión por incapacidad, miopía política o personalismos, se
estará dilapidando nuestro potencial y oportunidades de futuro.
No se trata de aprovechar
el cargo para impulsarse y alcanzar notoriedad política, se trata de
que la seriedad y el trabajo bien hecho te eleve a los altares, si
llega, y si no al menos te quedará la satisfacción del deber
cumplido (esto le sonará a más de uno).
No es momento de alargar
conflictos de fácil solución por orgullo. No es momento de
enredarse en problemas que la buena disposición y el dialogo
solucionen al borde de un café. Es el momento de demostrar que se
está preparado para alcanzar altas responsabilidades o marcharse
para casa. Nadie es imprescindible, tampoco en política, y la
capacidad se tiene o no se tiene, a veces se demuestra apretando los
dientes y manteniendo el tipo y otras cediendo, la inteligencia es
saber qué hacer en cada momento. A veces hay que “perder” para
ganar.
Aprovechemos ahora que el
viento sopla a favor en el Norte grancanario.
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