El
hacerse preguntas, aunque no se tenga todas las respuestas, ayuda a
reflexionar sobre cómo se están haciendo las cosas en Canarias. Hoy
también me hago preguntas al hilo de mi último artículo
“Prostituyendo
el empleo”, en el que hablaba de la cada vez más precaria
situación laboral de los trabajadores. Las preguntas en esta ocasión
pretenden unir dos mundos que deberían ir de la mano y que sin
embargo parece que no avanzan en el mismo plano. Estoy hablando del
TURISMO y el EMPLEO.
Vemos
como cada año se baten records de llegada de turistas y sin embargo
en esta tierra canaria seguimos sufriendo un paro galopante de los
más altos del país. También observamos como año tras año se
destinan partidas presupuestarias, tanto del Gobierno Canario como de
los respectivos Cabildos, para la promoción turística. Y no es que
yo critique estas partidas -excesos al margen-, entre las que se
encuentran la asistencia y participación en eventos nacionales e
internacionales de todo tipo pero… Y ahora vienen las preguntas:
¿Qué
se le pide al sector beneficiado con estas promociones de dinero
público?… No sé, estoy pensando (desde mi ignorancia) en algún
tipo de esfuerzo o requisito en contrataciones de canarios en todos
los puestos de trabajo de las empresas vinculadas a este sector…
También se me ocurre algún otro tipo de exigencias de cara al
territorio en el que se asientan sus complejos del que obtienen sus
multimillonarios beneficios. Estoy hablando naturalmente de
requisitos de abastecimientos y servicios de la tierra…
Lo
que quiero decir con este pequeño alegato es la triste realidad de
que el Gobierno Canario y los Cabildos Insulares están promocionando
con muchos millones de euros públicos a un sector de empresas
radicadas en Canarias -no siempre canarias- con el pretexto de los
puestos de trabajo que supuestamente crean, pero que en realidad
acaban empleando a cientos de trabajadores extranjeros y
peninsulares. Algunas de ellas se permiten incluso la desfachatez de
despreciar a los trabajadores de la tierra en sus ofertas de empleo,
quedando para los canarios los menos cualificados, peor remunerados y
en muchos casos mega-explotados, teniendo muchas veces que emigrar a
otras latitudes por falta de oportunidades.
El
caso es que como las cifras son tan tozudas y negras a mi no me
cuadran. No me cuadra que un lugar como Canarias que recibió el año
pasado a 15 millones de turistas, siga figurando con un índice de
desempleo del 26,01 %, siete puntos más que la media nacional. No me
cuadra que un territorio con una demanda de consumo de de 2,2
millones de habitantes y una población flotante de 15 millones de
turistas se importe el 95% de los alimentos. Y lo mismo se podría
decir de otros sectores, pero insisto, clama al cielo la incoherencia
de las cifras.
Quizás
habría que hacer un mayor esfuerzo legislativo, inspector y
corrector para modificar el hecho de que una de las industrias más
potentes del país no lleve aparejado el pleno empleo en el lugar en
el que se genera un negocio multimillonario.
Alguien
también podría decir que desde las trincheras todo se ve muy fácil,
pero es que las cifras son las cifras, y a mi me sigue pareciendo que
en esta tierra canaria está necesitada de mejores gestores. Que se
siguen creando muchos “apostaderos” para estómagos agradecidos
que vegetan durante cuatro años mientras queda una inmensa tarea por
realizar.
Algo
se está haciendo mal cuando en este “paraiso” hay tanto paro y
precariedad laboral. Y no será que no se genera negocio...
QUE
EL ÉXITO NOS SORPRENDA TRABAJANDO O MORIREMOS TODOS DE GLORIA…
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