domingo, 11 de junio de 2017

La importancia del buen médico, por Paco Vega.

Este texto tenía que haberlo escrito hace un par de años, pero nunca encontraba el momento oportuno al tratarse de un tema familiar. Pero lo cierto es que el hecho de que una persona siga hoy con vida es gracias a la profesionalidad de un médico que supo ver en unos síntomas, aparentemente menores, una lesión grave y actuar en consecuencia.

Lo he contado muchas veces en círculos de amigos y familiares o cuando ha salido a relucir el tema sanitario en múltiples conversaciones, pero he pensado que la historia bien merece un reconocimiento público, porque si en lo que se refiere a quejas y errores estamos raudos para hacer pública la denuncia, también deberíamos hacer lo propio cuando un profesional hace bien su trabajo. En este caso muy bien, especialmente cuando se salva la vida de una persona.

Hace unos meses escribí un artículo titulado “salud divino tesoro”, en el que venía a criticar las carencias del Servicio Canario de Salud, entre otras cosas. Sin embargo hoy quiero romper una lanza por los profesionales de la sanidad canaria. Y es que lo mismo que el mal profesional se convierte en un obstáculo, cuando tenemos mermada nuestra salud, acabamos viendo como un “ángel” al buen profesional sanitario. Porque no hay nada como tener buena salud, lo que desgraciadamente sólo valoramos cuando la perdemos.


Y como es de bien nacidos ser agradecidos, quiero aquí y ahora valorar la profesionalidad y la calidad humana de un médico que hace unos dos años LE SALVÓ LA VIDA A UN PACIENTE en el Centro de Salud de Santa María de Guía. Este hombre con 86 años que contaba entonces (ahora puede disfrutar de sus 88 primaveras), acudió al Centro de Salud por un simple dolor de cabeza. Sin embargo su médico, en vez de mandarle a su casa con una aspirina o algún otro analgésico -que hubiese sido lo normal- le pidió más detalles del referido dolor. El médico, buen conocedor de sus pacientes, sabía que este no es de los que van al centro de salud por un simple dolor de cabeza. El paciente le explicó entonces que, las molestias le venían sucediendo desde hacía varios días y que tenía la sensación de “llevar algo suelto en la cabeza”. Supongo que sería este síntoma el que alertó al médico que entonces le preguntó si se había dado algún golpe o sufrido alguna caída reciente, a lo que el paciente respondió que si, que sufrió una caída tonta en su casa y se golpeó la cabeza, pero no le dio importancia porque apenas le dolió y ni siquiera le salió un moratón.

El médico con el historial del paciente a la vista comprobó que éste estaba tomando el famoso Sintrom (un anticoagulante sanguíneo), por lo que muy acertadamente le envió de forma inmediata al Servicio de Urgencias del Hospital Dr. Negrín, ante la sospecha de estar en presencia de un derrame cerebral. En el citado centro hospitalario confirmaron sus sospechas -después de las pruebas pertinentes- ordenando su intervención quirúrgica con carácter urgente.

Gracias a la profesionalidad y diligencia de este médico hoy en día podemos seguir disfrutando de la compañía y de los sabios consejos de esta persona.

El paciente en cuestión es MI PADRE.

El excelente profesional médico es el Dr. D. FRANCISCO VICENTE SARMIENTO DE LA FE del Centro de Salud de Santa María de Guía, que junto a otros grandes profesionales realizan una labor callada pero fundamental y “vital” en este y en todos los centros de salud repartidos por la geografía canaria.

Gracias al Doctor por su diligencia y profesionalidad. Gracias también al cuadro de médicos, enfermeras y auxiliares del Dr. Negrín que le operaron y trataron estupendamente para que a día de hoy continúe entre nosotros.

Los profesionales de la sanidad siguen siendo de lo más valioso de nuestra sociedad, a pesar de los pesares… Cuidemos y mimemos a nuestra sanidad canaria. NOS VA LA VIDA EN ELLO.

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