Hoy quiero hablar de
tantas cosas que no sé qué decir. Está sucediendo tanto y tan
grave que se me hace imposible dilucidar lo que en estos momentos
puede ser lo más importante para expresarlo con un mínimo de
seriedad en este espacio. Hay multitud de acontecimientos que
requerirían por si mismos muchas horas de reflexión.
Suceden cosas gravísimas
a todos los niveles. Cosas que han pasado, que están pasando y que
probablemente sigan pasando en un futuro no muy lejano, por la acción
o por omisión de unos y otros. Todos vivimos en nuestras
particulares corazas de autoprotección seguros de estar a salvo del
caos que se cierne sobre nuestras cabezas.
No es mi intención
atemorizar a nadie, pero a la vista está que el nivel político
sigue bajando a unos niveles insospechados. Cada día nos encontramos
con corruptelas y mafias de todo tipo de funcionarios y políticos
que se postulan para alcanzar altas responsabilidades, a los que yo
no daría ni la presidencia de una comunidad de vecinos. Pero no sé
qué me preocupa más, si que éstos estén dispuestos a afrontarlas
o que hayan ciudadanos dispuestos a votarles…
Lo cierto es que no estoy
seguro de si lo que está es bajando es el nivel de los políticos o
subiendo su desvergüenza y desfachatez. Los charlatanes están a la
orden del día, mientras muchos ciudadanos les siguen como corderos,
dispuestos a votarles, como si el futuro de todos nosotros y de
nuestros hijos no estuviese en sus manos, como si nuestra calidad de
vida y la seguridad fuese cosa de otros. La insensatez se ha
convertido en patria y bandera de muchos. Los derechos de las
personas y las libertades públicas han dejado de ser una prioridad
para algunos. LA MENTIRA se ha vuelto insoportable.
Sin embargo me
tranquiliza comprobar que, muchos profesionales, públicos y
privados, siguen haciendo su trabajo con dignidad y dedicación. Por
suerte para la mayoría siempre habrá alguien con dos dedos de
frente para reconducir las situaciones, por dantescas que estas
puedan parecer, o al menos eso quiero pensar para poder dormir
tranquilo…
Sigo creyendo que hay
profesionales serios y rigurosos en el cumplimiento de su trabajo y
que, cuando parece que todo se desmorona a su alrededor, ellos
permanecen fieles a sus principios, trabajando por el bien común,
por encima de oportunismos políticos, a pesar de las críticas, a
pesar de los desplantes...
Nunca entenderé a la
gente para las que las cosas son buenas o malas dependiendo de la
boca que las pronuncie o los dedos que la escriban, en definitiva,
del color político del charlatán de turno, sin importarle si este
barco llegará a buen puerto o no.
Hoy me van a perdonar
pero se me ha ido el optimismo de vacaciones, incluso la rabia y el
coraje también me ha abandonado, deben estar “de asuntos propios”…
Aún así llevo un buen rato hablando sin decir, pensando sin contar,
intentando enhebrar dos puntadas sin hilo. Estoy en definitiva
intentando no dejar caer nada al suelo al tiempo que todo se
desbarata.
Solo quiero dejar un
mensaje claro en este contubernio de desatinos de hoy: cuidemos a las
personas y a la naturaleza por encima de todas las cosas, tanto unas
como la otra son las que nos dan vida y sentido a nuestra existencia.
Todo lo demás es prescindible… Todo lo demás son desatinos y
desvaríos…
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