Sin
ser politólogo, sociólogo ni periodista, a la vista de los elevados
niveles de enfangamiento, prostitución política y periodística,
cuyos mercenarios campan a sus anchas en medios audiovisuales y
escritos vomitando mentiras prefabricadas con marchamo político,
este “escribidor de andar por casa” se cree en el derecho de dar
su opinión sobre el retorcido acontecer político de este país,
aunque sólo sea por aquello de “en el país de los ciegos el
tuerto es el rey”...
Por
tal motivo procedamos a un detallado análisis, si eso es posible,
desde este rudimentario y rústico puesto de observación:
Se
equivocó Sánchez cuando, después de aquella dimisión por no
apoyar el Gobierno de entonces de M. (punto) Rajoy -tras la que
prometía la necesidad de un acercamiento a Unidas Podemos-, da un
giro inesperado en el que le hemos visto pedir casi de rodillas el
apoyo de PP y Ciudadanos.
Se
equivocó el PSOE, después de las elecciones generales del pasado 28
de abril, cuando emitía guiños o descaradas invitaciones a pactar a
la derecha, mientras mantenía supuestas conversaciones con Unidas
Podemos; amagos amorosos a los que tanto PP como Ciudadanos -en su
arrogancia- “le hacían la cobra” permanentemente.
Se
equivocó el PSOE cuando vetó a Pablo Iglesias, en una escalada de
desaires que sólo pretendía indignar a la formación morada, con la
que en realidad nunca pensó pactar.
Se
equivocó el PSOE al actuar de forma traicionera con el partido que
le aupó al Gobierno de la nación, mediante la Moción de Censura a
Mariano Rajoy, al que posteriormente sostuvo externamente, y con el
que llegó incluso a un acuerdo de presupuestos, finalmente fallido
por falta de apoyos parlamentarios.
Se
equivocó el PSOE al pensar que una repetición electoral mejoraría
sus resultados sobre un hipotético desplome de Unidas Podemos, sin
tener en consideración que ya se habían destapado todas las
“intrigas” partidistas, periodísticas y de las cloacas del
Estado -actualmente en proceso judicial- que salpicaron injustamente
a la formación morada durante todos estos años, casi desde su
creación. También erró en el cálculo de una supuesta aparición
fulgurante de Errejón y su Más País...
Se
equivocó el PSOE al utilizar electoralmente la salida del Franco del
Valle de los Caídos en campaña electoral, lo que enfureció a los
descerebrados de la extrema derecha, generalmente abstencionistas.
Se
equivocó el PSOE al convocar nuevas elecciones obviando la inminente
sentencia del Proces, que lógicamente dificultaría el posterior
apoyo de los republicanos catalanes a priori favorable.
Se
equivocó el PSOE al convocar nuevas elecciones conociendo la
proximidad del juicio y sentencia del caso ERES de Andalucía, lo que
dificultaría los acuerdos pos-electorales.
Se
equivocó Pablo Iglesias y Unidas Podemos al confiar en que un
derrotado y herido Errejón podría seguir trabajando en el proyecto
común después de la derrota y humillación -según su propia
percepción- en Vista Alegre II.
Se
equivocó Errejón, a quien pudo más su ego político que su
inteligencia, dejándose embaucar por cantos de sirena para dividir a
Unidas Podemos y por ende a la izquierda. Alguien probablemente le
prometió el oro y el moro político. Para los medios de comunicación
pasó -de repente y “milagrosamente”- de ser un rojo apestado a
“la gran promesa” de la izquierda. Finalmente también la palmó
porque ni siquiera ha conseguido Grupo Parlamentario propio, aunque
es evidente que robó votos a Unidas Podemos.
Se
equivocó Manuela Carmena, quien “ha hecho la cobra”
reiteradamente a Unidas Podemos -a pesar del respaldo continuado de
la formación morada hacia la gestión de la ex-jueza- para
finalmente mostrar su apoyo al resentido Errejón. Ahora está en la
calle a pesar del buen trabajo en el Ayuntamiento de Madrid por
equivocarse al elegir compañeros de viaje.
Es
evidente que también se equivocó Ciudadanos, quien después de su
desnortamiento político, jugando un día a ser centro y otro a ser
derecha extrema, perdió la oportunidad de facilitar el gobierno de
la nación, a pesar de las rogativas de Sánchez, optando por
disputar ser el “gallito de la derecha”. Perdió “el favor”
que hasta entonces había disfrutado de los medios de comunicación,
con el resultado por todos conocido. Los votos del “veleta” e
inmaduro político acabaron marchándose al PP y Vox, especialmente a
este último.
El
PP ha sufrido un tosco cambio de imagen “rajoniano”, focalizado
en Pablo Casado, que evidentemente le ha beneficiado.
El
PP y Vox son precisamente los grandes beneficiados por las torpezas
políticas de todos. Ha salido especialmente beneficiado este último
partido de extrema derecha, quien se ha visto claramente beneficiado
del descalabro de Ciudadanos y del blanqueamiento generalizado por
parte del propio Ciudadanos y del PP, pactando con ellos allí donde
los votos sumaban, además del blanqueamiento informativo por parte
de los medios nunca antes visto en Europa, que endulzaron con
presencia, visualización y normalización, un partido que predica el
retroceso en derechos humanos para todos, pero especialmente para las
clases trabajadoras.
Ahora
que los múltiples errores del PSOE se corrigen en 48 horas, los que
antes parecían enemigos irreconciliables les vemos retozar de amor
en el lecho nupcial del pacto de gobierno.
Este
escribidor anda con la mosca detrás de la oreja sin mucha
convicción, con múltiples interrogantes y desconfianzas
revoloteando en torno a esta esquiva relación, que sin embargo
considera es la mejor posible en este momento/país.
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