lunes, 19 de abril de 2021

Las mentiras y otras hierbas, por Paco Vega


No es fácil conocer la verdad cuando hay tantas mentiras en circulación. No es fácil conocer


lo importante cuando los medios de comunicación, siempre a sueldo del mejor postor, retuercen la realidad en favor de los grandes poderes económicos. No es fácil distinguir la paja del trigo en este granero político-mediático.

Lo grave no es que los políticos mientan, sino que los medios de comunicación, supuestamente encargados de destapar sus mentiras, se confabulen en favor de los que representan al poderoso “Don Dinero”.

Me llena de impotencia comprobar que, el discurso que los medios vierten cada día va surtiendo efecto, con lo que cada vez más la balanza se inclina en favor de los partidos que defienden los intereses de una clase privilegiada. Lógicamente esto no se hace siempre de forma descarada, por lo que los caminos del engaño suelen ser a veces sutiles o tácticos. Que nadie piense que “el gran capital” no se lo curra y mucho para que finalmente la inmensa mayoría acabe votando lo que conviene a una minoría adinerada...


Es mentira que en unas elecciones los ciudadanos vayan libremente a ejercer su derecho al voto en función de sus creencias, lo hacen en su gran mayoría fuertemente influenciados por los medios de comunicación, casi todos a sueldo del gran capital.

Es triste comprobar que tanto analfabetos funcionales como titulados universitarios van cayendo en las redes del monstruoso engaño del periodismo mercenario. La clave no está en las propuestas políticas, sino en la interpretación, filtro y manipulación que de ellas hace la prensa. La “piedra filosofal” en torno a la cual gira todo el contubernio económico-poítico son los medios de comunicación, a través de los cuales se informan la gran mayoría de ciudadanos.


Querría escribir muchas más cosas sobre diversos asuntos que a mi me parecen trascendentales, como por ejemplo algo tan aparentemente inocuo como conocer e identificar la clase social a la que pertenecemos, base a partir de la cual podemos avanzar sin engaños sobre lo que nos conviene o no...

Conviene no olvidar nunca la clave de todo este asunto: “es más fácil engañar a alguien que convencerlo de que ha sido engañado”.


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