Los que tenemos hijos deberíamos pensar más en el mundo que les dejamos que en nosotros mismos. A nosotros, aunque aún nos queda la travesía del desierto (pensiones, sanidad, cuidados, etc.) hasta el momento final, debería preocuparnos más este mundo violento y egoísta y cada vez más precario laboralmente que estamos dejando a los que vienen detrás. Cuidado con los medios de comunicación, cuyos mensajes no siempre se ajustan a la verdad de las cosas y si a los intereses de sus dueños, el gran capital. Si ellos estiman que esta seudodemocracia ya no les sirve y que necesitan ganar mucho y más rápido, no dudaran en retrotraernos sistemas dictatoriales y a la esclavitud si fuera preciso. De alguna manera así se está haciendo ya con esta precariedad laboral galopante que impide a nuestros hijos y nietos planificar una vida futura con un mínimo de calidad y decencia. La extrema derecha sólo ha llegado para materializar esto último, pero necesitan el voto de los trabajadores desinformados. El tamden es perfecto, unos mienten como bellacos diciendo lo que quieres oír para que les votes (los políticos ultras), y los otros ponen el altavoz a sus mentiras al tiempo que ocultan y blanquean sus verdaderas intenciones (los medios de comunicación).
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