Más que jefe fue un amigo, y lo sigue siendo. Hoy recordamos viejos tiempos hablando de lo divino y humano al borde de un café. Se me hizo corto, a pesar de que estuvimos más de dos horas. Llevábamos mucho tiempo sin vernos. Tendremos que aumentar la frecuencia de estos cafés, que la vida se nos va en un suspiro y merece la pena compartir con gente de ley. Es lo único que nos vamos a llevar...
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