En estos días me tropezaba con un vecino del barrio que, después de los protocolarios saludos, me preguntó por el tema de “los indultos”. Era evidente que me hablaba de un hipotético pacto de gobierno socialista con supuestas exigencias catalanas, exagerado en estos días sobremanera por los medios de comunicación de la derecha. Algo sorprendente si nos detenemos a pensar que, la investidura que ahora se debate es la del PP de Feijóo, con el apoyo de Vox y de “nuestros nacionalistas” de Coalición Canaria, con quien parece se sienten muy identificados. Debe ser que TODOS los medios de la derecha dan por perdida la Investidura, y también sus seguidores claro.
El vecino en cuestión ni siquiera me dejó responderle, lanzándome indignado el mismo repertorio que escucho cada día en los medios de comunicación de la derecha: que si la unidad de España, la independencia de Cataluña, el terrorismo etarra, “el sanchismo”, “los bolivarianos”, etc, etc...
Cuando por fin pude deslizar alguna frase en su atropellado y enérgico discurso, le invité a una serena reflexión, haciéndole unas sencillas preguntas:
-Le pregunté si conocía qué partido había concedido más indultos durante la etapa democrática.
-Le pregunté si conocía los motivos por los que los que el independentismo catalán había crecido exponencialmente en los últimos años.
-Le pregunté finalmente por qué a un canario le preocupaba más el acontecer político de un territorio a 2.000km que el que sucedía en estas maltratadas islas.
Para ninguna de ellas tuvo respuesta…
Intenté hacerle ver entonces que, quizás estábamos siendo manipulados por unos medios de comunicación tremendamente escorados a la derecha, que nos dicen cada día lo que debemos pensar y hasta lo que debemos votar. Esos medios de comunicación y un ejército de perfiles en redes sociales, la mayoría falsos o a sueldo de los grandes poderes económicos, retuercen cada día la actualidad con mentiras o medias verdades. Un número importante de ciudadanos traga con todo lo que le cuentan por la sencilla razón de que la política es muy compleja. Y si a temas complejos le ofreces soluciones sencillas aunque sean falsas, tragan, porque les estás dando respuestas a lo que nunca antes entendieron, unas veces por falta de interés y otras por la maraña de mentiras que rodean a estos asuntos.
El nivel de manipulación es tal que, hace que a un canario le preocupe más “las hipotéticas concesiones” que pueda realizar un supuesto Gobierno de izquierdas a los catalanes -que ahora no toca- que el abandono histórico de Canarias. Es la constatación de lo fácil que es manipular a una población que malvive con sueldos de supervivencia o en la economía sumergida, pero a la que se la mantiene en la más absoluta ignorancia, entretenida con todo tipo de festejos o problemas menores.
Históricamente así es, pero un breve refresco histórico terminará devolviéndonos a cruda realidad de Canarias:
La Caña de azúcar fue el cultivo pujante en las islas los siglos XVI y XVII. Genoveses y flamencos fueron los principales terratenientes que se dedicaron a producir y a comercializar el azúcar canario con Europa. Para hacerlo utilizaron mano de obra esclava.
La cochinilla tomó fuerza en el siglo XIX, con el auge de la industria textil en Francia y el Reino Unido.
El tomate canario fue implantado a finales del siglo XIX por los ingleses, principales propietarios y exportadores.
El plátano llegó a las Islas Canarias a principios del siglo XVI de la mano de expedicionarios portugueses, pero no fue hasta 1882 cuando se enviaron a Inglaterra los primeros lotes de nuestra variedad tradicional. La producción y exportación al continente europeo fue implantada por compañías británicas.
Del turismo en el siglo XX más de lo mismo. Los millonarios beneficios del negocio turístico se van fuera de las islas casi en su totalidad, mientras para los canarios sólo queda la mano de obra barata y una pequeña industria accesoria, en comparación al volumen económico que genera.
Y las energías renovables de ahora son “la caña de azúcar, la cochinilla, el tomate, el plátano y el turismo” del siglo XXI. Todos los beneficios de este mal llamado “tránsito a las renovables” es tremendamente especulativo, con nuestro sol, con nuestro viento y con el territorio y también se está yendo fuera. Para los canarios quedará lo de siempre, la mano de obra barata, además de un destrozo medioambiental de incalculables consecuencias, mientras se favorece que los grandes especuladores se vayan con los bolsillos llenos.
Y para los canarios miseria. Mientras tanto seguimos “mirando al cañizo” de la manipulación mediática y a lo que sucede en la lejana España. A este paso ni a las cuevas podremos volver porque también nos las habrán robado. Las riquezas de este confiado pueblo canario se siguen poniendo en manos especuladoras.
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