Da igual las veces que se explique esta cuestión porque el objetivo es enfrentar al último contra el penúltimo. Ya no es que exista una telaraña de manipulación mediática, que existe, sino que crece tal indolencia informativa entre la población que asusta. Hay un desinterés total por conocer el origen real de “los problemas”, también el de la inmigración.
En estos días me he visto en la tesitura de explicar, una vez más, “el problema” de la inmigración en Canarias.
Que no, que no son las mafias organizadas las que quieren invadir Canarias, que esta gente viene huyendo de la guerra y del hambre como lo hicieron los canarios hace ya unos años, cuando se marchaban en avalanchas hacia Venezuela o Cuba, a la aventura, sin contrato de trabajo ni certeza de tenerlo, como lo hacen ahora nuestros vecinos africanos. ¿Qué hay mafias que se aprovechan de la necesidad ajena? Claro que si, como sucede en cualquier otro movimiento de colectivos humanos, casi siempre por razones de supervivencia; pero no confundir con el proceso migratorio en si mismo, que son decisiones individuales impulsadas mayormente por la desesperación.
Que no, que la inmensa mayoría de los inmigrantes no quieren quedarse en un territorio pequeño, fragmentado y superpoblado como Canarias, en el que las posibilidades de salir adelante son mucho menores; quieren dar el salto a Europa para emprender una nueva vida.
Que no, que no se dan paguitas, documentación ni alojamientos gratis mientras
los canarios malviven en las calles. La inmensa mayoría son trasladados a la península al poco de llegar o tristemente devueltos a sus países de origen. Por cierto, llama la atención que este bulo lo sostengan los que nunca se han preocupado lo más mínimo por los canarios que malviven en las calles.
Y no, tampoco los políticos se favorecen de la inmigración, puesto que los inmigrantes no pueden ejercer el derecho al voto, aunque muchos altavoces mediáticos lo repitan hasta la extenuación. Son bulos que se ponen en circulación desde determinado credo político, que se empeña en sembrar el miedo y el odio entre los desinformados.
Escuchar las mismas mentiras mil veces repetidas es realmente agotador, llegando a ser frustrante y descorazonador cuando se escuchan en boca de personas “supuestamente formadas”. Sucede a veces que, cuando no se encuentran explicaciones inmediatas a lo que acontece tendemos a simplificarlo todo, tomando el más ramplón de los argumentos para salir del paso dialéctico.
El 99% de los inmigrantes que vienen desde las costas africanas, en cayucos o pateras, lo hacen por sus propios medios, aunque muchos no lleguen por avería o porque les engulle un golpe de mar. Que si, que somos africanos porque vivimos a pocas millas de ese continente. Ni europeos, ni ultraperiféricos, cualquier pescador profesional sabe que en muy pocas horas de navegación se ponen en las costas africanas y viceversa.
No, el problema no lo tenemos nosotros, aunque el racismo que se nos inculca a
través de determinados partidos y medios de comunicación nos haga repudiar a estas personas por tener otro color de piel y ser pobres, fundamentalmente por ser pobres. El problema real lo tienen los inmigrantes, que tienen que salir de su tierra dejando atrás casa, familia y amigos.
Y no, no nos están invadiendo los negros y los moros. Sólo el 10% de la inmigración irregular viene del continente africano. La mayor parte de la inmigración que recibimos en Canarias es blanquita de piel y esa si se queda en las islas, pero apenas sale en la prensa...
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