En
varios artículos a lo largo de los últimos años me he ocupado del
lamentable asunto de la carretera de La Aldea. Entonces, como ahora,
criticaba que determinada clase política saliese en tropel a
defender los intereses de una petrolera -con el riesgo evidente para
la biodiversidad y nuestro futuro- mientras daba la espalda a los
habitantes de La Aldea, que agonizaban suplicando una conexión
moderna y segura para su pueblo.
Poco
han cambiado las cosas desde entonces, si bien es cierto que la
primera fase ya está construcción -no sin múltiples retrasos- la
postura de la clase política sigue siendo la misma, volcarse con
mega-proyectos de empresas privadas que nadie ha pedido, mientras se
hacen los remolones con los proyectos de interés general largamente
demandados. Da igual las manifestaciones públicas de la población
canaria. Esta gente tiene encallecido el oído… (y la cara).
Lo
irónico es ver manifestarse en favor de la carretera de La Aldea al
mismo partido que nos niega el pan y la sal en el Parlamento
Nacional, en forma de las necesarias partidas presupuestarias para
sacar adelante las obras. Aunque no sé si es aún más irónico ver
a la Diputada de Coalicíón Canaria regalar el voto al actual
Gobierno en la sesión de investidura, el mismo partido que viene
incumpliendo y despreciando reiteradamente a Canarias. Sería para
echárselo a broma de no ser por lo serio del asunto y por comprobar
como unos y otros nos toman el pelo.
También
es cierto que no se da la prioridad requerida desde el propio
Gobierno Canario. Nadie duda de la necesidad de otras carreteras y
proyectos en esta y otras islas, pero clama al cielo su desinterés
por la más urgente de todas. Y si no pónganse por un momento
en la piel de los aldeanos, incomunicados por el Norte, comarca a la
que pertenecen de forma natural para acudir a médicos y
especialistas, entre otros.
Por
otra parte, el ofrecimiento cabildicio de pre-financiar la citada
obra “a la alemana” -adelantando el dinero, con el compromiso del
Gobierno Central de abonarla posteriormente- tampoco es aceptado, no
vaya a ser que sea otro el que se apunte el tanto…
Y
lo que es una vergüenza es escuchar las
declaraciones de los populares de Gran canaria, que dicen mostrar
todo el apoyo a la finalización de la II Fase de la carretera de La
Aldea”,
como si la cosa no fuera con ellos.
Pues si, de boquilla muestran todo el apoyo, pero de pegar un
puñetazo en la mesa y reclamar para esta tierra lo que es de
justicia ni una palabra, no vaya a ser que alguno se caiga de las
listas en las próximas elecciones, como ya le pasó al anterior
Alcalde de Ingenio.
A
los canarios nos quieren entretenidos con el fútbol, con las fiestas
y con el pleito insular. Si, echarnos a pelear a los canarios les
resulta muy ventajoso a la vez que entretenido. Si no lo hacen los
políticos ya se encarga “el círculo de empresarios” de sacarlo
a pasear de vez en cuando. Mientras tanto otros apañan las
trapisondas. Se acuerdan de la famosa frase de un empresario canario
cogido en pinchazo telefónico ¿y qué hay de lo mío?, o la otra no
menos famosa de un político majorero con aquello “del kilillo”.
Estos son los conchabeos habituales en esta tierra, que la memoria a
veces no guarda pero las hemerotecas si.
Y
mientras tanto, los sufridos ciudadanos debemos soportar la inacción
con temas como las carreteras, las cuotas de atún en la pesca, el
descuento de residente, las prospecciones, bajos salarios, el paro,
la carestía de la vida, etc, etc, etc. Son tantas las injusticias
que a lo largo del tiempo venimos soportando los canarios, que uno se
pregunta si no va siendo hora de despertar de una vez.
Y
es que en algún momento tendremos que OCUPARNOS DE CANARIAS.
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