domingo, 14 de enero de 2018

La telaraña de la insensibilidad, por Paco Vega

Debemos mejorar nuestra sensibilidad medioambiental, debemos activar todos nuestros sentidos y espíritu crítico para dejar de encajar plácidamente las agresiones al territorio y al más elemental sentido de la estética. Sólo nuestro sentido crítico puede hacer que las cosas cambien en nuestra tierra. Tenemos unas islas maravillosas y con un clima envidiable, que si no mimamos y cuidamos para generaciones futuras acabaremos dejándoles a nuestros hijos y nietos unos “preciosos” peñascos de hormigón y mal gusto.
Todo esto viene al hilo de lo que podemos observar en cada rincón de nuestra maltratada tierra canaria. Observo a diario, ya sea en zonas urbanas o rurales atentados estéticos –por ser diplomáticos- que los diversos organismos públicos, por acción u omisión, y las diferentes empresas suministradoras de electricidad, teléfono y, más recientemente, televisión por cable e internet y sus correspondientes cableados ocasionan al paisaje. Desde siempre (en aras a una malentendida modernidad), las empresas eléctricas y telefónicas han hecho de su capa un sayo en lo referente al tendido de los cableados aéreos, que forman a día de hoy una telaraña repugnante y antiestética en todo el panorama insular. Tanto las líneas de alta y media tensión que destrozan con su presencia el paisaje más idílico, pasándose por el arco del triunfo las más elementales normas de protección del territorio, continuando por las telefónicas, alumbrado público, y en los últimos años las antenas de telefonía móvil, forman un paisaje “telaráñico” desolador ante los ojos del más insensible de los observadores.


Recientemente el Cabildo de Gran Canaria ha aprobado 14 millones de euros para las casi 400 acciones del Plan Suturas de Gran Canaria para regenerar la GC-1. Anuncian también un plan director (próximamente) para hacer lo propio con la GC-2. Se trata del Proyecto Director de Regeneración Paisajística de la autopista y su entorno que comenzará en marzo. Entre otras actuaciones del citado proyecto se incluye también el soterramiento de cableados aéreos, por lo que entiendo que el Cabildo no es ajeno al impacto negativo de dicha telaraña de cables. El nombre del proyecto le viene que ni pintado “Plan Suturas”, porque son muchas las heridas que suturar a esta maltratada tierra canaria. Esperemos pues que la sensibilidad manifestada por la institución insular no se quede sólo en los principales corredores viarios de la isla (lo que ve el turista), y forme parte de todo un proyecto mucho más ambicioso que se haga extensiva a toda la isla. También deseable para el resto de islas, aunque es Gran Canaria sin duda la que ha sido especialmente maltratada en este sentido.
Entre tanto, imbricado en ese proyecto insular de “ecoisla” del Cabildo de Gran Canaria, esperemos se implique también a los ayuntamientos, hasta que despejemos definitivamente la telaraña antiestética rústica y urbana que representan los diversos tendidos de todo tipo. Considero humildemente que no podemos llenarnos la boca con un proyecto de “ECOISLA” y todo lo que ello significa si no implicamos a todas las partes (Administración Local y Empresa) en RECUPERAR LAS ISLAS para los canarios, no sólo turistas. No solamente de plantar árboles vive la ecoisla, también de recuperar para la vista los bellos paisajes que, las empresas suministradoras primero y las administraciones, por acción o por omisión ha degenerado en una telaraña de insensibilidad que deja en agua de borrajas cualquier normativa proteccionista del territorio.

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