En la época de las
nuevas tecnologías y las comunicaciones, ese mismo “exceso” de comunicación ha hecho un daño
espantoso al conocimiento y a la verdad de las cosas, aunque parezca un contrasentido.
Hoy que prácticamente nadie puede sentirse desinformado, comprobamos que esta
fluye menos que nunca (la información seria), ya que la manipulación, especialmente
la practicada por la TV está haciendo estragos. No sólo es lo que se miente y
manipula (que también), es a lo que se prioriza y lo que no, lo que se muestra
y lo que se oculta; así como los horarios elegidos para cada contenido. Unas
tácticas de difusión descarada, de contenidos muy determinados, junto a otras más disimuladas consiguen
engañar al confiado ciudadano que pretende informarse a través de la caja
tonta, normalmente a través de un solo canal, porque eso también tenemos, somos
animales de costumbres y no contrastamos las informaciones.
Por otra parte, hay
medios de comunicación que no han sido creados para dar información fiable al
tiempo que ganan dinero -como cualquier empresa- sino que están expresamente
creados y financiados para “crear opinión” (bajo pago claro). Mención aparte
para los medios públicos manejados hábilmente para propaganda del partido en el
gobierno.
Estos medios, de los
que tampoco escapan la radio, la prensa y las redes sociales, bombardean tarde
mañana y noche los mensajes que interesa a los poderes económicos y
financieros, mientras el ingenuo ciudadano traga y queda predispuesto y
prejuiciado ante todo lo que se aparte de las consignas impuestas, o bien sale espantado, desentendiéndose de tanta pudrición y por
tanto de la política en general. Las dos posturas benefician a los mismos de
siempre, a los que justifican los recortes sociales, la bajada de sueldos, la
precarización del mercado laboral, a los que entienden que estas son lentejas,
si las quieres las comes y si no las dejas… No hace falta ser muy listo para
conocer quién defiende qué políticas.
Otra de las misiones de
estos medios es NO entrar en el debate serio sobre otras apuestas políticas críticas
con el sistema, para que no sigan siendo los trabajadores quienes “paguen el
pato” de este desgobierno.
Es muy difícil, por no
decir imposible, convencer a un interlocutor cargado de prejuicios -por influencia de estos medios- que escuche
el discurso o los mensajes de otras opciones, que sería lo único que le haría
dudar de la gran estafa a la que está siendo sometido.
Hoy mismo, sin ir más
lejos, he vuelto a escuchar al líder del partido gobernante volver a esgrimir
el pueril argumento –contra una de estas nuevas formaciones- de su financiación
exterior a través de países a los que considera “enemigos”, con los que sin
embargo en un pasado reciente se establecieron relaciones diplomáticas y
comerciales muy fructíferas para el país. Un argumento, por otra parte, reiteradamente
desmontado por los tribunales. Suena a risa para una persona bien informada que
el presidente de un país, que se dice cuarta potencia europea, dar este tipo de
argumentos. Suena ridículo no encontrar razones de peso para defender su
gestión cuando se maneja la economía y los resortes del poder del país a través
del Boletín Oficial del Estado. Será que no las tiene…
Pues bien, con esos
argumentos tan simples se bombardea a la población que languidece indolente
ante tanta telaraña manipuladora, cuando no se excita y protesta por “estupideces
reales” ante los engaños que el propio sistema pone en circulación a través de
los mismos medios.
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