sábado, 21 de septiembre de 2019

Qué habría pasado si hubiesen aceptado los ministerios que le ofreció el PSOE, por Paco Vega.


A estas alturas de la película no merece la pena hacer reconstrucciones de lo que pudo ser y no fue. Sin embargo, y a la vista de las mentiras que se han vertido, se vierten y se seguirán vertiendo en el mentidero político, en los medios mercenarios de intoxicación y redes sociales, conviene quizás hacer un simulacro de lo que habría acontecido si Unidas Podemos hubiese aceptado los “ministerios” ofrecidos.

En primer lugar aclarar que, de los tres ministerios ofrecidos sólo uno lo es realmente, el de Sanidad, con las competencias trasferidas a las comunidades autónomas -como todo el mundo sabe-, las otras dos son actualmente secretarías de estado; Vivienda e Igualdad, junto a una Vicepresidencia que no tendría la importancia debida puesto que sería una vicepresidencia segunda, sin competencias. Es decir, que serían ministerios vacíos, sin apenas competencias, serían sólo eso,  SILLONES.

De haberlos aceptado, en esas condiciones, se habrían beneficiado de un buen sueldo público, coche oficial y toda la parafernalia del cargo, pero al día siguiente todos los ciudadanos, incluidos sus propios votantes, le estarían recriminando haberse doblegado por figurar, por el cargo, por LOS SILLONES tan denostados y tan deseados por los mismos que los critican. El PSOE habría conseguido tenerlos comiendo de la mano pero sin competencias para ejecutar nada que cambiase realmente la vida de la gente, que verían sus expectativas frustradas y empezarían al culparlos de inacción (con razón). Ya no les valdría decir entonces que no tenían competencias para actuar porque lo sabían desde el principio, al tiempo que el PSOE se descargaría de responsabilidad falsamente, culpando a sus  socios de gobierno de incompetentes.


Pedro Sánchez, como presidente del gobierno, podría prescindir de los ministros de Unidas Podemos en el momento que lo creyese oportuno, justificándose en su inacción (lo que ya conocía desde el principio puesto que eran ministerios ficticios, vacíos de contenido) y quedarse gobernando en solitario que fue lo que siempre pretendió. A partir de ahí se apoyaría en la derecha para las políticas económicas -con quien siempre se ha sentido plenamente identificado- para seguir estrangulando a los trabajadores y para favorecer a los grandes emporios económicos y, puntualmente, en las proximidades de la campaña electoral, en la izquierda real para determinadas políticas sociales de maquillaje, lo que le permitiría seguir disfrutando de su travestismo histórico y del poder que ha compartido en un bipartidismo mentiroso y cómplice.

A todo esto no podemos olvidar que, este ofrecimiento ministerial vino a raíz de la sorpresiva renuncia de Iglesias, ante el veto planteado por Sánchez, que imaginaban rechazaría. Al aceptarse el extemporáneo veto, los socialistas se vieron obligados a improvisar el ofrecimiento citado. De ser aceptado se aseguraban «su inocuidad» en las tareas de gobierno como ya quedó descrito, mientras que si era rechazado les señalaría, como finalmente están haciendo, de no haber aceptado un ofrecimiento que nunca fue serio ni sincero. De hecho fue retirado en 48 horas.

Lógicamente, todo este gran entramado socialista sería impensable sin la inestimable colaboración de los medios de comunicación «amigos».

El PSOE está demostrando ser una gran mentira. Que me perdonen los confiados militantes y ciudadanos que por uno u otro motivo siguen depositando su confianza en estos prestidigitadores de la política.

A todo esto siguen sin explicar por qué los pactos de gobierno, firmados con Unidas Podemos por toda la geografía nacional, son viables y no lo son en el gobierno de la nación.

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