SE NOS FUE RICARDITA, por Paco Vega

El pasado quince de marzo se nos fue Ricardita, aunque yo no tuve conocimiento del fallecimiento hasta unos días más tarde. Ricardita era en esencia UNA BUENA MUJER, con mayúsculas. No pude evitar emocionarme al recordar aquel pequeño homenaje que escribí para ella en Junio de 2011, a petición de la Asociación de Vecinos la Piconera, con motivo de su consagración en una orden religiosa a la que estaba muy ilusionada de pertenecer. A pesar de mis “flojas convicciones religiosas”, siempre he sido muy respetuoso con las creencias de los demás, especialmente tratándose de personas entregadas al prójimo -como era el caso- por lo que me empeñé en informarme sobre la Orden Religiosa a la que le ilusionaba integrarse, así como indagar en su propia trayectoria vital.

Me parece oportuno por tanto, con motivo de su fallecimiento, recuperar ahora este texto a modo de homenaje para una persona buena, generosa y siempre entregada en la ayuda a los demás.

Mi más sentido pésame y un fuerte abrazo para su familia y amigos. D.E.P.

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Mi amiga Ricardita entra a formar parte del Orden de Vírgenes Consagradas

Junio de 2011

Ricarda María Rodríguez Viera, nació en Santa María de Guía el 08 de febrero de 1944. Las casualidades de la vida quisieron que su llegada al mundo ocurriera precisamente en Villa Melpómene, la que fuera residencia temporal del famoso compositor francés de finales del siglo XIX y principios del XX, Camilo Saint-Saëns. El motivo es que su padre desempeñaba su trabajo como encargado -por aquel entonces- en la finca en la que se encuentra ubicada la mencionada villa, por lo que fue su residencia habitual durante toda su infancia. Posteriormente pasó a residir a La Atalaya, en la que ha permanecido hasta la actualidad. Trabajó a lo largo de su vida en diversas ocupaciones. En sus comienzos trabajó en el servicio doméstico para varias familias, pero la ocupación por la que es más conocida en el norte grancanario fue por su trabajo como comercial y distribuidora de una conocida marca de cosméticos. Actualmente está retirada y vive volcada en el servicio a los demás y a la Iglesia.

Tengo que confesar que, hasta hace apenas unas semanas en que la propia Ricardita me informó muy ilusionada de su próxima Consagración, formalizando así la que es su vocación desde hace ya muchos años, no conocía ni siquiera de la existencia del Orden de Vírgenes Consagradas. A partir de ahí comencé a documentarme sobre el particular, recabando la información necesaria para poder hacerle este pequeño homenaje.

Una curiosidad en la vida de Ricardita, y de la que probablemente ni la propia interesada sea consciente, es que, su vida ha estado marcada -de alguna manera- por “la música”. Y me explico. Ella nació en Villa Melpómene (la que fue residencia temporal de un famoso compositor musical) como se indicó anteriormente, actualmente forma parte de la Coral del mismo nombre (Camilo Saint-Saënz), formó parte también de otra coral de La Atalaya (tristemente desaparecida) creada por la Asociación de Vecinos La Piconera, y próximamente va a formar parte del Orden de Vírgenes Consagradas, como lo fue Santa Cecilia (Patrona de la Música).

Ha sido una persona volcada en la ayuda a los demás durante toda su vida. Su Fe y su vinculación con la Iglesia se ha materializado desde hace muchos años en sus colaboraciones con Cáritas, la Catequesis de jóvenes y adultos; su pertenencia a la Pastoral de la Salud y Ministro Extraordinario de la Comunión; ayuda en la Liturgia, así como limpieza, decoración y ornamento de la iglesia, etc., aunque ahora, por motivos de salud, ha tenido que reducir su actividad. Desde hace muchos años realiza visitas periódicas a enfermos y ancianos en los hospitales, residencias o domicilios. Esta es sin duda una labor social muy desconocida y pocas veces reconocida. Ella es feliz ayudando a los demás. Sólo los ancianos a los que consuela y ayuda, enfermos y sus familias son conocedores del bien que hacen estas personas, llevando cariño y compañía a las personas que ya se encuentran en el último tramo de su vida.

Su entrega y compromiso con los demás también la ha llevado por tierras americanas. Ha viajado como misionera a Perú en dos ocasiones. Allí colaboró con religiosas en su ayuda a distintas poblaciones de Lima y La Sierra. También se volcó, entre otros cometidos, como la enseñanza de corte y confección a los nativos. Su máxima ilusión, después de la consagración es volver a las misiones en cuanto su salud se lo permita. Al margen de las misiones, también ha visitado otros lugares como Portugal, Roma y Jerusalén. Igualmente ha visitado todas las comunidades españolas. También ha viajado por todas las Islas.

También colabora desde hace años con la Asociación de Vecinos La Piconera de La Atalaya.

Su constante inquietud la lleva a continuar con su formación asistiendo a clases de inglés, matemáticas y lengua, según ella para refrescar conocimientos, puesto que hace muchos años que obtuvo en Graduado Escolar. También ha asistido a clases de iniciación a la informática, aunque esto de las nuevas tecnologías reconoce que le cuesta un poco más.

Dice que el paso que ahora va a dar no va a significar en la práctica ningún cambio en su vida cotidiana, es decir, que va a seguir haciendo las mismas cosas y cumpliendo con los mismos compromisos que hasta ahora tenía. Según ella, es un paso que hace mucho tiempo quería dar. Un compromiso con su fe. Eso dice, pero oyéndola hablar y viendo la ilusión y la sonrisa que se dibuja en su rostro cada vez que habla de su consagración, estoy seguro que para ella habrá un antes y un después del día 17 de julio de 2011.

Ricardita entrará a formar parte del Orden de Vírgenes Consagradas en el acto que se celebrará a las 12,30 horas del próximo día 17 de julio de 2011, en la Iglesia Santa Isabel de Hungría de Escaleritas (Las Palmas de Gran Canaria), El acto será presidido por el Sr. Obispo de la Diócesis de Canarias D. Francisco Cases Andreu.

Ricardita es sobre todo una buena persona que irradia paz y tranquilidad y a la que deseo de corazón que el próximo día 17 sea uno de los más felices de su vida, pero sobre todo que se recupere pronto de sus problemas de salud para que pueda hacer realidad su sueño de volver a las misiones lo antes posible.