-Si Arquímedes decía, dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, la ley electoral es, a todo sistema político, ese punto de apoyo. De ahí las resistencias, desde los beneficiados por el sistema, a cambiarla. Entretanto, y entre otras cosas, el principio esencial de la democracia —una persona un voto— queda subvertido desde el momento en que, a la hora de traducirse en escaños, hay votos que «valen» más del doble que otros para el Congreso y más de setenta veces para el Senado. No acaban ahí, por cierto, con esta ley, ni las subversiones a principios teóricos de la democracia, ni los esperpentos. (pág. 91)
-Las técnicas de guerra cultural de la nueva ultraderecha se inscriben claramente en una nueva época donde las viejas normas de la democracia liberal son despreciadas sistemáticamente ¿Qué opciones tiene la izquierda para enfrentarse a una derecha que miente y provoca sin complejos?
Esta es una pregunta clave pero me temo que su respuesta teórica, siendo compleja, es mucho más fácil que el intento de llevarla a la práctica. La ultraderecha siempre juega con ventaja. La primera es que no tiene límites ni escrúpulos. Además, puede permitirse cuestionar las reglas del juego sin que eso tenga repercusiones negativas pues, en el fondo, bajo un discurso aparentemente rupturista lo que hace es defender el funcionamiento del sistema capitalista. Esto el poder lo sabe, de ahí su connivencia o incluso relación orgánica con estas opciones políticas, como muestra el caso de Vox en España. La experiencia histórica ha demostrado que La izquierda, por el contrario, no se siente cómoda en el juego sucio de la ultraderecha. Su tradición política es otra y está vinculada a la defensa de la verdad, como vía para la emancipación. Además, debe mantener las formas, incluso no se le permite expresar abiertamente sus propuestas de un ordenamiento político, económico y social alternativo, cuando las tiene, so pena de una marginación institucional o linchamiento mediático. (pág. 98-99)
-La mentira es un arma ideológica muy poderosa. «El presidente copió su tesis doctoral», «Irene Montero multiplicó por cien su patrimonio», «Alberto Garzón está contra la ganadería y contra España», «Zapatero tiene minas de oro en Venezuela», «Si la OTAN ataca a Rusia será para defender los derechos humanos en Ucrania»...
Que OkDiario sea el tabloide con más tertulianos en las televisiones, que se normalicen las portadas mentirosas de El Mundo, La Razón o ABC, nos habla de una realidad mediática tóxica. El problema no es que sean de derechas; eso es perfectamente legítimo. El problema es que mienten. (pág. 118)
-Pero recordad, compañeros, solo los peces muertos siguen la corriente. (pág. 126)
-La ultraderecha no es un partido. La ultraderecha no es solo Vox. Vox es solo un partido dentro de un movimiento ideológico reaccionario muy amplio y muy poderoso. La ultraderecha está presente en el poder económico, en el poder mediático, en la judicatura, en el ejército, la policía y la guardia civil, entre los altos funcionarios y también tiene un peso notable en algunos sectores populares. La ultraderecha es el resultado de una reacción, de una suerte de contrarrevolución que expresa el miedo y el odio de sectores del poder frente a Podemos, el independentismo catalán y el feminismo. Si entendemos que la ultraderecha es un movimiento cultural e ideológico podemos captar cómo está penetrando las bases culturales de todo el mundo conservador. Frente a eso no hay cordón sanitario que valga. Cuando la derecha abandona las reglas de la democracia liberal porque ha visto llegar al Estado a sus enemigos, pedirles por favor que dejen de ser ultras no suele ser muy eficaz. En el PSOE creo que siguen convencidos de que el miedo a Vox les garantiza presentar a Pedro Sánchez como ganador moderado de las próximas elecciones, y la progresía mediática nos dice que Feijoó es un centrista. A mi entender, a la ultraderecha no se le combate con cordones sanitarios ni solo con políticas sociales. Si la ultraderecha es un movimiento ideológico hay que combatirla con ideología. (pág. 128)
-Hay quien cree que hacer política es controlar el BOE y que lo demás es solo relato. Controlar el BOE es necesario, pero aunque tengas el BOE, si no controlas el relato tu olor a cadáver político será cada vez más insoportable. Esto es así en todas partes, y precisamente por eso, en casi todas partes, los dueños de las grandes empresas, de los bancos y de los fondos buitre ponen mucho dinero en una industria en general no muy rentable: la de los medios de comunicación. Hay quien dice que es por una vocación filantrópica que les hace amar la libertad de prensa y el trabajo de los periodistas como controladores de poder. Hay quien piensa, por el contrario, que la libertad de prensa es la libertad del dueño de la imprenta. Por eso la izquierda, incluso cuando gobierna con éxito, puede perder el relato. (pág. 141)
-Los periódicos y los medios en general son los principales poderes ideológicos y políticos en nuestras sociedades. Cualquier profesor de periodismo o de opinión pública lo sabe. (pág. 143)
-Decir que los Terradillos, los Inda, los Marhuenda, los Griso, los Quintana, los Alsina, los Ferreras, los Herrera, los Vallés… han contribuido a la guerra sucia contra Podemos, difundiendo mentiras, informes y noticias falsas, no es señalar a periodistas como decía ayer mi admirada Esther Palomera desde la televisión pública. Es simplemente, amiga Esther, decir la verdad, aunque esa verdad deje a buena parte de la profesión periodística española a la altura del betún. Pero de esto no tengo yo la culpa. (pág. 149)
-«Hemos matado a Monedero.» «Le fabricamos una cuenta a Pablo Iglesias con el rabo.» «Dale una hostia a Pedro Sánchez.» «Cuando nosotros le damos una hostia a Podemos ellos sufren de cojones.» Así suena la gramática parda del hampa mediática. Pero como cantaban los Estopa: la suerte a veces cambia de banda. Más allá de la suerte procesal y empresarial que les espere a los hampones mediáticos, el Ferrerasgate revela las claves del golpismo moderno. Un nuevo golpismo que conocen bien en América Latina y del que el asesor de Trump, John Bolton, no para de hablar últimamente. Y sí, la política española se ha latinoamericanizado pero no por Podemos o la izquierda, sino porque la derecha mediática y política española es hoy un peligroso híbrido nacido del franquismo y del Country Club de Caracas. (pág. 156)
-En este país existe una derecha que no es eminentemente política. La derecha política son los partidos. Existe una derecha del poder en grandes grupos empresariales, en grandes poderes económicos, que penetra en diferentes sectores del Estado, el poder judicial, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el ejército y, por supuesto, los medios. Los medios de comunicación pueden ser propiedad de bancos, de fondos de inversión, de multinacionales, de empresas del IBEX. Pensar que esos medios van a cumplir una función diferente a la defensa de los intereses de sus propietarios es de una ingenuidad increíble. (pág. 164)
-¿Por qué de pronto en España se empieza a hablar tanto de Venezuela? ¿Por qué todo el mundo sabe tanto de Venezuela en España y no tiene ni idea de Portugal o de otros países latinoamericanos? Lo único que justifica el interés mediático de Venezuela en España es básicamente hacer daño a Podemos. Y eso opera desde mayo de 2014. Claro que a todos nos preocupa la democracia en Venezuela, pero en Marruecos les da igual, en Colombia les da igual, en Arabia Saudí les da igual. Desde el principio actúan así. Lo que pasa es que, poco a poco, la cosa empieza a hacerse más sofisticada. Y esa sofisticación siempre tiene que ver con los sectores mediáticos.
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Tiene que ver con una voluntad de intervención política que llega hasta la voluntad de intervención en las luchas internas de los partidos. Si a eso le sumamos toda la potencia de fuego de la derecha mediática, creo que es bastante evidente hasta qué punto condiciona la forma de pensar de la gente. (pág. 167)
-En el momento en el que te convierten en enemigo de España, si eres el enemigo de España, ¿se puede mentir para atacarte? Y, en determinadas circunstancias, si se les garantiza la impunidad, ¿por qué no pegarte un tiro? En los últimos doscientos años, cada vez que se han visto con impunidad para hacerlo, lo han hecho. (pág. 171)
-La derecha no solamente tiene periódicos y teles de derechas, tienen también teles y periódicos para gente de izquierdas que en determinados momentos puedan hacer girar el marco. El audio de Ferreras se debería escuchar en todas las facultades de periodismo cuando dice que sus hostias nos duelen «de cojones» porque tienen prestigio entre nuestra comunidad de votantes, porque ellos son una tele de izquierdas. (pág. 173)
-Las personas a las que más admiro son periodistas. Lo que pasa es que es verdad que hay una minoría de valientes, una minoría de gente que se atreve a jugárselo todo por una profesión sin la cual no podría haber democracia. Pero precisamente porque es tan importante, precisamente porque la labor del periodismo es tan crucial para definir el poder… Por eso los ricos se lo compran. Se gastan el dinero en una cosa que en general no es muy rentable económicamente porque es determinante para configurar cómo piensa la gente. (pág. 179)
*Del libro Medios y cloacas. Así conspira el Estado profundo contra la democracia (Pablo Iglesias)
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