jueves, 13 de marzo de 2014

EL QUINQUÉ QUE ALUMBRA A LA POLÍTICA en CANARIAS, por Paco Vega.

Con cierta frecuencia uno comprueba con desaliento que algunos, más que foco tienen un quinqué de petróleo para alumbrar sus políticas insulares y municipales, porque no ven más allá de sus pasos. Eso siendo bien pensado, porque lo que me induce a pensar de gente supuestamente inteligente y bien preparada es que, o hay mala fe, o tienen el foco puesto en otros intereses que no son el interés general de sus conciudadanos. Pero aún en este último caso, un mínimo de inteligencia apuntaría al menos a “disimular” ante su pueblo para poder mantenerse en “el machito”, cosa que no se vislumbra en algunas corporaciones.

Esto viene al hilo de actuaciones municipales e insulares que se han realizado en los últimos años en materia de zonas verdes y ajardinamiento, en los que después de realizada la actuación, con la subvención de turno y con el empleo del personal correspondiente, ya sea con la fórmula de escuelas taller o con el contrato de desempleados (todas ellas loables), nos encontramos con el abandono de esas mismas actuaciones. Me duele los ojos ver mangueras de riego -que costaron un dinero- abandonadas en lugares en los que algún día hubo un jardín o zona verde, de ver hierbajos del tamaño de una persona en jardines o parterres en los que no hace mucho se emplearon trabajadores en formato de escuelas taller -con dinero público- para acondicionar y adecentar el lugar, pero que luego por falta de un mantenimiento adecuado o simplemente de riego pasan a mejor vida y a un estado más triste si cabe por el propio abandono.

Señores políticos presentes y futuros: cuando se realiza una actuación con dinero público que se supone debe ser de utilidad pública, beneficiando a los trabajadores que participan en ella y fundamentalmente a la ciudadanía en general que a partir de ese momento pasan a disfrutar de la citada actuación, hay que prever su mantenimiento y conservación, de lo contrario SE ESTÁ TIRANDO EL DINERO de todos los ciudadanos. 

Igualmente, cuando se hace un desembolso económico importante para la instalación de una escultura en un lugar público, ya sea en una plaza, parque o “rotonda”, hay que contar con la indeseable variable del vandalismo ocasional, para restaurar la imagen o escultura en cuestión -a la mayor brevedad- a su estado original, de lo contrario lo que tenemos es un carnaval permanente en nuestros monumentos más representativos, que por otra parte no abundan.

No creo que esté pidiendo la luna por exigir que, ninguna actuación pública del tipo que sea se pierda por el abandono institucional; porque la pérdida será doble, la del dinero invertido en la actuación, y la pérdida de ese espacio ganado para el disfrute de los ciudadanos.

Por otra parte llama poderosamente la atención el “síndrome arboricida” que ha invadido al norte de esta isla de Gran Canaria en los últimos años, llevando a la casi total desaparición de los numerosos ejemplares arbóreos que poblaban los márgenes de las carreteras y otros lugares significativos. No sé a quien molestan. Desconozco si un virus anti-ecologista se ha instaurado en nuestras administraciones públicas...

Estimados señores, las fotos, con el paso del tiempo ya nadie las ve (salvo el propio interesado si las guarda en un álbum para recrearse), sin embargo las obras públicas y el dinero bien aprovechado queda para la posteridad y el disfrute de generaciones venideras. Incluso “sin placa” todos sabrán de la buena ejecutoria del político de turno que logró con su gestión las mejoras para su pueblo.

Abandonen ustedes el quinqué y alumbren el camino y el futuro de mi tierra con el potente foco de la transparencia y el máximo aprovechamiento de los escasos recursos públicos.

Paco Vega.-

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