Muy
duro se me hace escribir en estos momentos, manteniendo la cordura y
serenidad. En estos momentos de aluvión de información y
manipulación se complica enhebrar dos párrafos seguidos con algo de
sentido común. Si, manipulación, han leído bien, porque hay gente
que tiene una piedra por corazón y cualquier ocasión le parece
buena para arrimar el ascua a su podrida sardina política.
No
amigos, esto no es un enfrentamiento de civilizaciones como algunos
quisieran… Esto es el fanatismo personificado. Y el fanatismo no
tiene patria, religión ni corazón. Al fanatismo no le faltan
momentos ni argumentos para sacar su odio a pasear. No nos dejemos
engañar por los que aprovechan para vomitar todo su racismo
aprovechando que unos malnacidos han decidido atropellar sin piedad a
unos seres inocentes que disfrutaban de un tranquilo paseo. Los
malnacidos no tienen color político, raza ni nación. Son gentes que
han perdido la razón, la misma razón que falta a los que aprovechan
el dolor causado por estos fanáticos para “endulzar” su racismo.
Y lo triste no es que políticos, periodistas y particulares
descerebrados viertan su bilis racista con ocasión del dolor ajeno,
sino que haya gente que desde la ingenuidad se la compre. Que
consigan convencernos de que esto es una guerra contra el islam. Qué
pena de ciudadanos! Qué lástima de cabezas “para hacer un caldo
pescao”…
Abran
las mentes, lean, y reflexionen (...pero seleccionen sus lecturas,
que bazofia hay en todas partes). Todos merecemos un mundo mejor. Un
mundo libre de fanatismos y de manipuladores de mercadillo. El
racismo es una enfermedad muy seria y muy dañina que lleva siglos
causando muerte y destrucción en el mundo. Estamos siendo agredidos
por fanáticos radicales violentos, pero también nos agreden los
manipuladores de la realidad, los manipuladores de la palabra, los
mismos que defienden que todo está bien mientras los muertos sean
otros…
Ahora
vendrán “el postureo” del pacto anti-terrorista en el que el
Gobierno ofrecerá “lentejas”, si las quieres las comes y si no
te acusaremos de ser colaborador del terrorismo…
No
podemos vivir al margen de lo que pasa en el resto del mundo porque
allí (aunque no lleguen las noticias) se comenten crímenes brutales
todos los días, con la aquiescencia de occidente (Europa y Estados
Unidos), convenientemente endulzado por los medios de comunicación
afines. No se puede intervenir, atacar y arrasar países enteros
pretendiendo que no nos salpique. No se puede matar en nombre de
nuestra civilización (o del petróleo), dulcificado o no, y
pretender mantener nuestra paz y seguridad a buen recaudo. Esto no ha
hecho más que empezar. Nos esperan muchos días de luto y duelo
mientras Europa no decida actuar atacando al germen de estos
fanatismos y su financiación. Ahora es Barcelona, mañana será
Madrid, o París, o Londres… El terrorismo internacional ha
cambiado, ya no hace falta grandes infraestructuras ni terroristas
entrenados para cometer una masacre en nombre de quien sea, ya no
hace falta sino la voluntad de hacerlo, y descerebrados a quien hayan
comido el coco hay muchos, tantos como para temer que esto no acabe
aquí.
O
buscamos soluciones efectivas para atacar a la raíz del problema de
esta lacra o seguiremos sufriendo las consecuencias de las políticas
equivocadas de occidente, que piensa que todo vale en nombre de don
dinero.
La
seguridad mundial ha cambiado y, o cambiamos nosotros o seguiremos
llorando a nuestros muertos.
No
valen de nada las condenas, no valen los minutos de silencio, no
valen las flores, sólo valen las políticas serias para acabar el
caldo de cultivo del fanatismo y su financiación. No estamos en una
guerra santa como algunos fanáticos de este lado quisieran, pero
debemos ser firmes y contundentes en la persecución de fanáticos y
terroristas, del tipo que sean. El fanatismo engendra odio, y el odio
muerte y dolor. Lo estamos viendo.
No
somos mejores que nadie, y si lo somos debemos demostrarlo con altas
dosis de coherencia, seriedad y civismo. NO A LA MANIPULACIÓN!! NO
AL FANATISMO!! NO A LA VIOLENCIA!!
Toda la razón y muy bien expresado. "No se puede intervenir, atacar y arrasar países enteros pretendiendo que no nos salpique".
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