martes, 14 de octubre de 2025

2025 10 14 Hasta el próximo temporal, por Paco vega


Hasta el próximo temporal, por Paco vega

En esta Canarias nuestra nos pasamos o nos quedamos cortos. Hemos pasado de pretender la construcción de un macromuelle en Agaete -totalmente innecesario- a una total inacción para evitar que se repita otro accidente como el acontecido en enero de 2021 con un barco de la naviera Fred Olsen, que quedó encallado en los bajos próximos a la bocana del Puerto de Agaete. La actuación necesaria para despejar el factor "riesgo" de la ecuación de este puerto se me antoja sencilla y de escaso coste, sobre todo en comparación a la monstruosa obra pretendida entonces, que obligó a salir a la calle a miles de personas en manifestación y diferentes concentraciones de protesta. Sólo por el riesgo que pretende evitarse en cuanto se presente otro temporal de similar envergadura merecería la pena. Sin embargo pareciera que nada ha cambiado desde entonces, el peligro es más que evidente, por lo que la naviera debe seguir apostándolo todo a la pericia de sus capitanes.

Esto escribía el que les habla en octubre de 2023. La conclusión es clara: en esta Canarias de intereses y amiguismos nada se mueve en favor de la seguridad, de medio ambiente, de la salud o de la educación de los canarios, por poner sólo unos ejemplos. Es siempre “D. Dinero” el que marca la impronta, el camino de las iniciativas público-privadas. En este caso concreto del muelle de Agaete no hubo una demanda de inversión por seguridad para la pretendida ampliación, tampoco de los usuarios, ni siquiera de las propias navieras. Fue a demanda de una constructora interesada y con múltiples influencias, como lo fue la del muelle de Granadilla en Tenerife, que allí permanece ahora desierto y mudo, después de invertidos cuatrocientos millones de euros de dinero público para el promotor del citado muelle como único beneficiario. Lo mismo podríamos decir del Puerto de Arinaga, en la isla de Gran Canaria. Cientos de millones botados a la marea, y nunca mejor dicho, por la ambición de unos pocos.

Y ahora llegan los trenes. Nadie los ha pedido, pero ya los anuncian a bombo y platillo, con grandes titulares de prensa y artículos justificativos de su inutilidad. Normalmente lo que demanda la ciudadanía nunca llega porque no son los canarios los que marcan el paso de la política y las grandes obras en Canarias, pero ahora llegan los trenes, con una tremenda carga especulativa y sin un plan insular del transporte que lo justifique. Es evidente pensar que sin esa herramienta de planificación seguiremos botando el dinero público para hacer ricos a unos pocos, además de seguir dañando nuestro frágil territorio. Yo también aplaudí en su momento la idea del tren, hace ya algunos años y con menos información que ahora. Había y hay un problema mayúsculo de saturación del tráfico y el transporte público parece ser la única solución, pero no sin una planificación integral. Transporte público si, pero no así.

En Canarias se beneficia siempre al sector privado, aunque venga de la gran puñeta. Ya lo estamos viendo en estos días, en los que las cifras cantan los beneficios de la Sanidad Privada, la Educación Privada y todo lo privado beneficiado por las privatizaciones y las inversiones públicas favorecedora siempre de los mismos sectores, en las que los señoritos tengan a bien alimentar sus abultadas cuentas de resultados. Y los políticos… Los políticos a lamer botas mientras se agarran a sus sillones o ambicionan otros de mayor enjundia.

Sobre la peligrosidad del Muelle de Agaete nadie habla porque no ofrece mucho que especular si no es mediante la ejecución del “gran macromuelle”. La solución es sencilla, pero doctores tiene la iglesia. Se trataría de volar los tres o cuatro peñascos más próximos al muelle, ampliando así la estrecha zona de maniobra de las embarcaciones en la aproximación y salida del muelle, que con mala mar se las ven y se las desean para esquivarlos, pero claro, es mejor ampliar las instalaciones y quien sabe, quizás dentro de unos meses o años podamos volver al ataque con esa innecesaria ampliación, que esa si que deja dinero y comisiones.

Pues eso, que los canarios debemos despertar de una buena vez y elevar nuestro nivel de exigencias a esta clase política marrullera. No podemos conformarnos con fiestas y romerías. A todos nos gustan las fiestas, pero mientras nos conformemos con eso, fiestas nos van a dar. No podemos esperar otra cosa. Luego nos extrañamos de las listas de espera del Servicio Canario de Salud o de las interminables colas en carretera.

En fin, hasta el próximo temporal, que no sabemos si vendrá por mar, sobre raíles o inundandolo todo con el hedor característico de las nuevas industrias contaminantes que quieren implantar en Canarias…