domingo, 25 de noviembre de 2018

El cordón umbilical de la timidez, por Paco Vega.




Días atrás me decía una buena amiga que no soy igual de natural cuando hablo por la radio que en persona, que ella me conoce bien y que mi tono al natural es más sosegado y que llega mejor a la gente. Naturalmente acepté el consejo con el cariño y respeto con que me llegó. Lo que olvida mi buena amiga, aunque lo sabe, es mi timidez perpetua, que aunque ampliamente superada por la edad y las vicisitudes de la vida, no deja de representar un lastre para los que como yo, somos tímidos de nacimiento. Con ese y otros obstáculos tenemos que luchar los que cada día intentamos superarnos en diversas y nuevas facetas de la vida. Ya me costó en su momento “abrirme como una jarea” y expresar mi opinión, lo que ya fue motivo de un artículo el año pasado titulado “Abierto en canal”, cuando comencé a escribir de lo divino y lo humano, hace apenas diez años.

Esta amiga, a la que le sobra espontaneidad y naturalidad para subirse a un escenario y bailar, cantar, presentar o lo que se tercie, no acierta a entender que, para los tímidos hay cosas que son superiores a nuestras fuerzas, que los nervios y el temor al ridículo se te agarra al estómago hasta inmovilizarte, privando probablemente al tímido de dar la mejor versión de si mismo. Algo que sólo conocen los que como yo, sufren o han sufrido en sus vidas de estas inseguridades patológicas. Pudiera parecer, al hablar de ello pública y espontáneamente, que estos “temores” están ampliamente superados, pero no, en este caso se podría aplicar aquel refrán de que “sabe más el diablo por viejo que por diablo...”. Y ya uno va cumpliendo unos cuantos -que no de maldad- (53 para ser exactos). Para los mayores seguramente seguiré siendo un niño, mientras que para los jóvenes ya hace tiempo que superé la frontera incierta de años a los que ellos llaman puretas.

Tengo otra amiga (afortunado que es uno) que siendo también muy tímida, se siente como pez en el agua sobre un escenario. Esta también baila y actúa como la más extrovertida de las mujeres, pero extrañamente es también muy tímida, casi más que yo. Supongo que son especificidades diversas de las timideces…

viernes, 23 de noviembre de 2018

UNA MACROMANIFESTACIÓN CONTRA EL MACROMUELLE, por Paco Vega.




El pasado 24 de octubre les hablé del Macromuelle de Agaete y hoy quiero hablarles de la MACROMANIFESTACIÓN contra el Macromuelle de Agaete.

Allí estuvimos, participando en esa manifestación, como ya lo hicimos en marzo de este año reivindicando UNAS PENSIONES DIGNAS PARA NUESTROS MAYORES, así como en las manifestaciones CONTRA LAS PROSPECCIONES PETROLÍFERAS, tanto la cadena humana formada en la Avenida Marítima en mayo-2014, como la multitudinaria manifestación contra el petróleo en junio del mismo año, al margen de otras tantas concentraciones y conferencias sobre este último tema.

En todas estas manifestaciones, como en la del pasado sábado, puede observar una gran presencia de personas de más de 60 y 70 años. Personas tremendamente concienciadas y comprometidas de la necesidad de salir a la calle y alzar la voz cuando las cosas se hacen de espaldas al pueblo, como es el caso. Estas personas probablemente sean las mismas que se movilizaron reivindicando derechos y libertades durante el nacimiento de esta imperfecta democracia. Llama la atención la elevada media de edad observada en estas concentraciones, lo que evidencia una falta de concienciación e implicación de nuestra juventud en la resolución de los problemas reales de nuestra sociedad canaria. Quizás fuese esta última contra el Macromuelle la que más juventud congregó, aunque muy inferior a la mayor parte de los participantes, una inmensa mayoría muy por encima de los 40 años.

De aquí se podría extraer quizás otras conclusiones sobre la indolencia de gran parte de nuestra juventud, criada quizás entre algodones y el consumismo, y que son quienes realmente van a sufrir las consecuencias de las nefastas políticas llevadas a cabo por los gobiernos que hasta ahora han dirigido el timón de nuestra suerte, tanto en Madrid como en Canarias, pero no es este el motivo del presente comentario.

domingo, 11 de noviembre de 2018

El fascismo, por Paco Vega



EL FASCISMO, por Paco Vega

Triste es comprobar que el fascismo no ha sido aún extirpado de este país, que sigue inyectado en vena o grabado a fuego en el cerebro de muchos. Han sido muchos los años de adoctrinamiento, antes y durante la mal llamada transición, que da por sentado que, cualquier apertura democrática es un atropello a los “valores de España” (léase La Patria, La Bandera, el Rey y la religión católica, apostólica y romana...). Nadie piensa en las personas, las que por supuesto deberían estar siempre en el centro de cualquier ecuación política, muy por encima de patrias y banderas. De hecho, la realidad en este país es que las personas pasan siempre a un segundo o tercer plano, por no decir que desaparecen radicalmente en los programas de determinados partidos que se reivindican como portadores de “las esencias históricas” de España. Una España ciertamente peculiar que vive en ocasiones completamente de espaldas a la realidad y a los problemas de los españoles.

No quiero que mis palabras suenen gruesas, pero si con la seriedad suficiente para abordar este triste asunto. Triste porque compruebo que hay una gran incultura política, incultura de la que además presumen muchos sin recato. Escuchar a simples trabajadores hacerse eco y repetir machaconamente las consignas pretéritas y huecas, referidas a la unidad de la patria y la bandera, mientras sus derechos laborales y sociales son pisoteados, es realmente descorazonador. Han sido muchos los años de terreno abonado para facilitar esta involución social que facilite el acabar con los derechos de la clase trabajadora, conseguidos todos ellos a base de sangre, sudor y lágrimas. Ya se viene haciendo con las pensiones, con los sueldos, con la sanidad, con los servicios sociales, etc. Poco a poco, casi sin que nos demos cuenta, distraídos como estamos con el fútbol, los programas basura y los conflictos creados artificialmente para mantener nuestra atención lejos de los asuntos realmente importantes, nos van robando la cartera y la dignidad.

jueves, 1 de noviembre de 2018

El rincón verde de La Atalaya, por Paco Vega



Un rincón verde en La Atalaya

Hoy voy a hablarles del llamado «rincón verde de La Atalaya» porque llamarlo así es una falta de respeto a los ciudadanos. De haber querido diseñar un rincón verde lo habrían hecho, lo que sin duda habría sido valorado muy positivamente los vecinos. Los que apostamos por aprovechar y sacar máximo partido de las inversiones públicas detestamos el poco interés por las inversiones en los barrios, hechas al trancazo para justificar cuatro años de abandono.

Me estoy refiriendo a un solar público de trescientos y pico metros cuadrados en La Atalaya, en el que han plantado, en una reciente actuación, tres aparatos de gimnasia y seis cactus. Tal cual. Al que el Sr. Alcalde llama en su revista de propaganda mensual “un nuevo rincón verde” para La Atalaya.

Habrá pensado el Sr. Alcalde que los vecinos de La Atalaya somos tontos. También debe pensarlo del resto de barrios de Guía a los que trata con igual desdén, ya que la política de ombliguismo practicada en este municipio desde el origen de los tiempos, hace que los vecinos de los barrios tengamos que soportar una mochila de conformismo e indolencia, sin la cual no serían posibles estos abandonos o chapuzas. Y en cierto modo así es (que somos realmente tontos), empezando por un servidor que, en el pasado, cuando se acercaban campañas electorales tenía la estúpida costumbre de levantar el pie del acelerador de las críticas por aquello de “no interferir” en el proceso electoral. En fin, ingenuidades de andar por casa… Y es que habrá que pensar que respaldar la gestión municipal con el voto cuando las actuaciones, siempre escasas, carecen de la calidad y planificación suficiente, es de un masoquismo insostenible. Eso y que el voto cautivo sigue siendo utilizado para captar voluntades en un entorno laboral frágil, así como una cultura del vasallaje inyectada en vena entre nuestra población, en la que el Alcalde, en lugar de un servidor público, es algo así como un ídolo con pies de barro, a quien hay que adular aunque en sus actuaciones, cuando las hay, muestre el desprecio más absoluto hacia los vecinos de los barrios.

No todo el mundo entiende bien estas críticas. Que me quejo por todo me han llegado a decir, acusándome en las redes de intolerante o alarmista... Y es que una especie de “síndrome de Estocolmo” impide a muchos diferenciar la paja del trigo en lo referente a las actuaciones municipales, que son bien diferenciadas según se trate de los barrios o de la capital municipal.

Con un poco de interés y buen gusto podría haberse hecho una pequeña zona verde (de verdad), con algunos árboles que den sombra a niños y mayores e incluso con un pequeño parque infantil, incorporando los aparatos biosaludables que tanto gustan al Sr. Alcalde... También se podría haber aprovechado la actuación para recuperar uno de los cuatro antiguos pilares de agua de abasto que existieron en el barrio, ubicado uno de ellos en las inmediaciones del citado lugar hasta principios de los setenta. Y es que 325 metros cuadrados, bien aprovechados podrían haber representado ese rincón verde que ahora publicitan en falso.

No sé como explicarle a D. Pedro Rodríguez que estoy deseando aplaudirle, pero es que me lo pone usted realmente difícil, tan preocupado como está por su carrera política en el Parlamento Canario y tan despreocupado por la gestión municipal, especialmente en los barrios.

No puedo decir que ahora no estén haciendo nada porque sería mentir. Ahora están haciendo lo de siempre cuando se acerca cada campaña electoral, los acerados y asfaltados… Pero al circo de D. Pedro le crecen los enanos. Desde la monumental bola de nieve del agua de abasto, que desde que fuera privatizada no ha parado de crecer, habiendo sido la propia adjudicataria la que ha tirado la toalla recientemente, renunciando a la concesión. Hasta el conflicto de la Policía Local, otra bola en crecimiento y con la que demuestra, una vez más, su incapacidad y la de su Concejal de Policía.

Sólo añadir que es más fácil de lo que parece Sr. Alcalde. Quizás la clave está en que “no se puede estar en misa y repicando”… El Ayuntamiento y el Parlamento es mucha tarea para una sola persona, si de hacer las cosas bien se trata, especialmente cuando no se quiere o no se sabe delegar. Y que realizar las actuaciones en los barrios con el mismo esmero y cariño que en la capital municipal le ahorra estas críticas de los que sólo queremos lo mejor para nuestro pueblo, en este caso para nuestro barrio.

Hoy leo en los medios locales que el Alcalde anuncia UNA BATERÍA DE INCENTIVOS FISCALES PARA IMPULSAR LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL EN EL MUNICIPIO. ¿Ahora? ¿cuando llevamos varias legislaturas de un paro galopante en el municipio sin que al Alcalde se le “moviera el flequillo”?

Bien está lo que bien acaba. Tarde, muy tarde, llegan estos INCENTIVOS. Con una tasa de paro del 23,24% (la más baja por cierto desde 2013), es ahora cuando deciden poner en marcha medidas para impulsar la actividad empresarial. BRAVO Sr. Alcalde!!, BRAVO!! Más vale tarde que nunca.

En otros Ayuntamientos como el de Agüimes estas medidas se pusieron en marcha hace un lustro, desde el 2013, de las que un servidor se hizo eco y aplaudió públicamente.

Le prometo que me gustaría salir a los medios a aplaudirle también la gestión municipal, quien me conozca sabe bien que hablo en serio, pero es que me lo pone usted realmente difícil.

Y lo dicho Sr. Alcalde, un rincón verde es un rincón verde, aquí y en pequín, no un solar adoquinado de SETENTA MIL EUROS. Esmérese, sólo se trata de hacer lo que hay que hacer, con fundamento que decían nuestros mayores.