jueves, 21 de diciembre de 2017

Reflexiones políticas de andar por casa, por Paco Vega

Después de lo acontecido en Cataluña durante los últimos meses las urnas volverán a hablar, esta vez con respaldo legal.

En este país confluyen dos conflictos bien diferenciados, el que se vive en la propia Cataluña por los catalanes y el que se vive en el resto de España por los españoles con respecto a Cataluña. Este dato no es baladí si queremos comprender lo que sucederá en las urnas el próximo día 21.

A mi modo de ver, todo lo sucedido en Cataluña no ha hecho más que reforzar al independentismo, y el Gobierno del PP lo sabe. Los excesos de las Fuerzas de Seguridad el 01 de octubre en un acto pacífico, por ilegal que fuese la votación, puesto que su validez estaba truncada de antemano; la nefasta aplicación del 155 y sus derivadas; la presentación de un candidato con el peor perfil posible para arañar un sólo voto (Xabier García Albiol), a pesar de las ya de por sí las bajas expectativas electorales del partido; el decreto para facilitar la salida de empresas de Cataluña; así como las declaraciones poco afortunadas de varios de sus líderes -si de “coser heridas” se trata- indican que el Partido Popular tiene sus ojos puestos en unas más que probables elecciones generales anticipadas.

La jugada maestra” está en que, las mismas acciones que anuncian un descalabro electoral en Cataluña para el PP-convenientemente amortiguado por la acción de los medios de comunicación- puede representarles un empujón electoral en el resto de España (salvo el País Vasco). La manipulación brutal desencadenada en forma de ola patriótica en casi todo el territorio nacional de la mano de los medios de comunicación afines, con declaraciones, manifestaciones y el despliegue de banderas nunca visto desde el franquismo, ha contribuido a aupar el ardor patriótico a muchos “desconectados” de la actualidad política.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Diatribas de un marciano, por Paco Vega

Debo ser un marciano porque pienso por mi cuenta, porque soy un inconformista, porque no soy borrego que discurre mansamente cual manada ovina, porque persigo mil porqués y aun encontrando algunas respuestas sigo dudando de las mismas. Debo ser un marciano porque no me trago sin masticar las calumnias con disfraz de informaciones, porque no admito las ruedas de molino con las que nos quieren hacer comulgar. Debo ser un marciano porque me causa el mismo ardor de estómago el político aprovechado, mentiroso y corrupto que el paisano anónimo de la misma condición. Debo ser un marciano porque detesto la mentira desde el mismo día en que nací, y a pesar de ello he tenido y tengo que bregar cada día con múltiples mentirosos en el terrero de la vida. Debo ser un marciano porque digo lo que pienso en lugar de guardármelo para “la otra vida…”.