Pido por favor, a quien corresponda, que se atienda y cuide la cima de esta montaña (Pico de La Atalaya o Montaña de Gáldar, según por donde se mire). La montaña está necesitada de una importante y especial protección, puesto que las diferentes empresas que sitúan allí sus repetidores y antenas no cuidan el entorno todo lo debido, actos vandálicos al margen. Desde construcciones sobre suelo, que podrían perfectamente soterrarse, integrándose en el paisaje, hasta cables e instalaciones eléctricas al descubierto, con evidente peligro, es todo un espectáculo de lo que NO DEBERÍA HACERSE.
Teniendo en cuenta que la montaña está partida en dos por la frontera municipal de Guía-Gáldar (justo por en medio), no estaría de más conformar un equipo de trabajo o comisión técnico-jurídico-medioambiental, incluso con la participación del Cabildo, que afrontase desde todos los ángulos los proyectos presentes y futuros de esa montaña, con el fin único de su especial protección.
No dejen de leer este interesante artículo de JESÚS QUESADA, Viernes, 5 enero 2018. Este problema no es nuevo ni exclusivo de esta montaña, pero se debería empezar a trabajar por ordenar determinados monumentos naturales y su uso controlado.
El análisis de la situación actual subraya el «continuo dinamismo en su implantación» por los operadores, dentro del proceso de expansión de su área de cobertura, así como el constante crecimiento de las antenas y la «escasa aplicación del uso compartido». Destaca la «gran cantidad de operadores sin título habilitante (licencia) para el servicio que se presta, sobre todo en el sector de la radiodifusión», y que «en muchos casos» las instalaciones «carecen de la preceptiva licencia municipal».
