Los que me oigan o lean con frecuencia dirán que me repito demasiado, pero el asunto del cambio climático es tan serio y preocupante que ya vamos tarde para implementar soluciones de máxima urgencia. Pero esto no quiere decir que todo valga con “la excusa” del más que necesario tránsito a las renovables.
Con las energías renovables pasa como con casi todo, que si te quedas en la superficie del asunto, sin profundizar en los detalles, abducido por los mensajes del cambio climático y la urgente reducción de emisiones contaminantes, puede que termines comulgando con ruedas de molino. Todos, salvo algunos grupúsculos negacionistas muy vinculados a la derecha extrema y al gran capital, estamos a favor de las renovables. Ahora bien, todo dentro de un orden, como se decía en el argot de nuestra política pretérita; no nos vayamos a pensar que todo el monte es orégano.
Los mismos poderes económicos que estaban y siguen estando detrás de las energías fósiles, tan denostadas por ser la principal culpable del cambio climático, son los que ahora invierten en renovables. El gran capital suele tener los huevos en varias cestas, especialmente en las vinculadas a la energía, por eso han tardado tantos años en deshacerse de las fósiles; quieren venderlos bien o agotar existencias. Y en eso estamos…
Desde que se cometió el error de privatizar el sector eléctrico, de la mano del bipartidismo imperante en aquellos años, todo ha sido precarización en el sector para sus trabajadores y aumento constante en el recibo de la luz para los usuarios, al tiempo que los nuevos titulares del suculento negocio “añadían CEROS” a sus cifras de negocio mientras pasaba de mano en mano. Actualmente en manos italianas. Cosas del “patriótico” desatino capitalista. El dinero no entiende de patrias ni banderas, aunque apoyen a los que las enarbolan para que les favorezcan, aún más, en la consecución de sus amplios beneficios.
El gran capital siempre ha sido cortoplacista y de una agresividad extrema, por lo que el tema medioambiental no le ha preocupado lo más mínimo, hasta que ha visto en él una suculenta oportunidad de negocio a través de las renovables.
La máxima de oro de estos emporios económicos es la de “obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible con la mínima inversión”, sólo así se entiende el destrozo medioambiental que practican en cuanto se les deja a su libre albedrío. Son las leyes proteccionistas del territorio las que hacen de “freno de mano” a tanta agresividad. De no ser por estas leyes, los movimientos ecologistas y una mayoría social comprometida, estos especuladores harían tabla rasa del territorio. De hecho ya llevan años haciéndolo en toda Canarias, a pesar de las citadas leyes y de las protestas ciudadanas. En Gran Canaria continúan en su empeño de destrozar la isla con el proyecto Chira-Soria, con el nuevo tendido de alta tensión San Bartolomé-Valle de Jinámar y con el proyectado tendido de alta tensión Agaete-Gáldar-Guía (dicen que para evacuar la energía de los parques fotovoltaicos y eólicos presentes y futuros). Proyectos inicialmente planificados con las citadas líneas de evacuación soterradas, pero que “casualmente” pasan a ser aéreas de la noche a la mañana, con la inestimable colaboración de las administraciones públicas que siempre echan una manita a estos depredadores. La inclusión de la coletilla de “interés general” en estos proyectos significa un ahorro de costes para estos tiburones de la energía y un mazazo a la protección del territorio.
La realidad es que, el único interés de estas empresas es el económico, por lo que no dudan en arrasar paisajes, propiedades privadas y parajes protegidos, si de abaratar costes se trata, aunque el proyecto en cuestión esté dotado de “brotes verdes” o se le haya incluido en un gran escaparate de mentiras llamado ECOISLA. Así que ahora apuestan por los tendidos aéreos, por si fueran pocos los que ya soportamos, convirtiendo a la isla en una auténtica telaraña de cables y torretas, de molinos batientes y de plantaciones fotovoltaicas sin orden ni concierto.
Todas las administraciones podrían oponerse a estos despropósitos medioambientales; Cabildos y Ayuntamientos por supuesto, en el conocimiento de que recibirían el apoyo mayoritario de la población. Nunca el fin justificó los medios, pero los dueños de las cestas de huevos que hablábamos al comienzo les tienen cogidos POR LOS MISMÍSIMOS a más de uno, a la vista de las rectificaciones de unos y otros, las puestas de perfil o los comunicados formales en campaña electoral, sin intención real de molestar mucho a DON DINERO.
URGE la adopción de un “GRAN PROYECTO ENERGÉTICO PARA CANARIAS”. No podemos dejar en manos de las empresas como Red Eléctrica o Encorecer el futuro energético de las islas porque no dejarán “títere con cabeza”.
Si no ponemos pie en pared, el Proyecto de Ecoisla acabará convertido en “LA ISLA DE LAS TORRETAS”.
Renovables si, pero no de cualquier modo. Renovables si pero respetuosas con el territorio.