jueves, 1 de noviembre de 2018

El rincón verde de La Atalaya, por Paco Vega



Un rincón verde en La Atalaya

Hoy voy a hablarles del llamado «rincón verde de La Atalaya» porque llamarlo así es una falta de respeto a los ciudadanos. De haber querido diseñar un rincón verde lo habrían hecho, lo que sin duda habría sido valorado muy positivamente los vecinos. Los que apostamos por aprovechar y sacar máximo partido de las inversiones públicas detestamos el poco interés por las inversiones en los barrios, hechas al trancazo para justificar cuatro años de abandono.

Me estoy refiriendo a un solar público de trescientos y pico metros cuadrados en La Atalaya, en el que han plantado, en una reciente actuación, tres aparatos de gimnasia y seis cactus. Tal cual. Al que el Sr. Alcalde llama en su revista de propaganda mensual “un nuevo rincón verde” para La Atalaya.

Habrá pensado el Sr. Alcalde que los vecinos de La Atalaya somos tontos. También debe pensarlo del resto de barrios de Guía a los que trata con igual desdén, ya que la política de ombliguismo practicada en este municipio desde el origen de los tiempos, hace que los vecinos de los barrios tengamos que soportar una mochila de conformismo e indolencia, sin la cual no serían posibles estos abandonos o chapuzas. Y en cierto modo así es (que somos realmente tontos), empezando por un servidor que, en el pasado, cuando se acercaban campañas electorales tenía la estúpida costumbre de levantar el pie del acelerador de las críticas por aquello de “no interferir” en el proceso electoral. En fin, ingenuidades de andar por casa… Y es que habrá que pensar que respaldar la gestión municipal con el voto cuando las actuaciones, siempre escasas, carecen de la calidad y planificación suficiente, es de un masoquismo insostenible. Eso y que el voto cautivo sigue siendo utilizado para captar voluntades en un entorno laboral frágil, así como una cultura del vasallaje inyectada en vena entre nuestra población, en la que el Alcalde, en lugar de un servidor público, es algo así como un ídolo con pies de barro, a quien hay que adular aunque en sus actuaciones, cuando las hay, muestre el desprecio más absoluto hacia los vecinos de los barrios.

No todo el mundo entiende bien estas críticas. Que me quejo por todo me han llegado a decir, acusándome en las redes de intolerante o alarmista... Y es que una especie de “síndrome de Estocolmo” impide a muchos diferenciar la paja del trigo en lo referente a las actuaciones municipales, que son bien diferenciadas según se trate de los barrios o de la capital municipal.

Con un poco de interés y buen gusto podría haberse hecho una pequeña zona verde (de verdad), con algunos árboles que den sombra a niños y mayores e incluso con un pequeño parque infantil, incorporando los aparatos biosaludables que tanto gustan al Sr. Alcalde... También se podría haber aprovechado la actuación para recuperar uno de los cuatro antiguos pilares de agua de abasto que existieron en el barrio, ubicado uno de ellos en las inmediaciones del citado lugar hasta principios de los setenta. Y es que 325 metros cuadrados, bien aprovechados podrían haber representado ese rincón verde que ahora publicitan en falso.

No sé como explicarle a D. Pedro Rodríguez que estoy deseando aplaudirle, pero es que me lo pone usted realmente difícil, tan preocupado como está por su carrera política en el Parlamento Canario y tan despreocupado por la gestión municipal, especialmente en los barrios.

No puedo decir que ahora no estén haciendo nada porque sería mentir. Ahora están haciendo lo de siempre cuando se acerca cada campaña electoral, los acerados y asfaltados… Pero al circo de D. Pedro le crecen los enanos. Desde la monumental bola de nieve del agua de abasto, que desde que fuera privatizada no ha parado de crecer, habiendo sido la propia adjudicataria la que ha tirado la toalla recientemente, renunciando a la concesión. Hasta el conflicto de la Policía Local, otra bola en crecimiento y con la que demuestra, una vez más, su incapacidad y la de su Concejal de Policía.

Sólo añadir que es más fácil de lo que parece Sr. Alcalde. Quizás la clave está en que “no se puede estar en misa y repicando”… El Ayuntamiento y el Parlamento es mucha tarea para una sola persona, si de hacer las cosas bien se trata, especialmente cuando no se quiere o no se sabe delegar. Y que realizar las actuaciones en los barrios con el mismo esmero y cariño que en la capital municipal le ahorra estas críticas de los que sólo queremos lo mejor para nuestro pueblo, en este caso para nuestro barrio.

Hoy leo en los medios locales que el Alcalde anuncia UNA BATERÍA DE INCENTIVOS FISCALES PARA IMPULSAR LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL EN EL MUNICIPIO. ¿Ahora? ¿cuando llevamos varias legislaturas de un paro galopante en el municipio sin que al Alcalde se le “moviera el flequillo”?

Bien está lo que bien acaba. Tarde, muy tarde, llegan estos INCENTIVOS. Con una tasa de paro del 23,24% (la más baja por cierto desde 2013), es ahora cuando deciden poner en marcha medidas para impulsar la actividad empresarial. BRAVO Sr. Alcalde!!, BRAVO!! Más vale tarde que nunca.

En otros Ayuntamientos como el de Agüimes estas medidas se pusieron en marcha hace un lustro, desde el 2013, de las que un servidor se hizo eco y aplaudió públicamente.

Le prometo que me gustaría salir a los medios a aplaudirle también la gestión municipal, quien me conozca sabe bien que hablo en serio, pero es que me lo pone usted realmente difícil.

Y lo dicho Sr. Alcalde, un rincón verde es un rincón verde, aquí y en pequín, no un solar adoquinado de SETENTA MIL EUROS. Esmérese, sólo se trata de hacer lo que hay que hacer, con fundamento que decían nuestros mayores.


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