miércoles, 2 de enero de 2019

El reflexionador de cafeses, por Paco Vega.



Un año nuevo es un buen momento para reflexionar sobre nuestra vida pasada, presente y futura; es el punto final de un ciclo que se cierra y uno nuevo que se abre; es quizás el momento de plantearnos algunos cambios, o no…

Esta necesaria reflexión debe conducirnos irremediablemente al modo de conducirnos como personas, a proyectos errados y que necesitan un replanteamiento, o por el contrario el abandono definitivo para la consecución de una senda de paz en nuestras vidas. En ocasiones se habla de “la felicidad” como un estado utópico, un camino -normalmente lleno de asperezas y sinsabores- para conseguir llegar un día, más o menos lejano, a ese estado de “plena felicidad”. La realidad es que la vida, y por consiguiente la felicidad, es el camino y no la meta… Cuando llegamos al entendimiento de este pensamiento o filosofía de vida, que no por sencillo se hace casi siempre dificultoso y confuso, empezamos a aprender a disfrutar de las cosas más sencillas de la vida y a rechazar todo lo que nos causa dolor o malestar.


Dicen que la mente funciona como un paracaídas, que sólo lo hace correctamente cuando está abierto… Pues eso, abramos nuestra mente, procuremos que las asperezas y sinsabores del camino nos hagan el menos daño posible, desterremos todo aquello que nos molesta o nos incomode y procurémonos un día a día más armónico. Dejémonos acompañar por las personas que nos aporten “nutrientes” a esa felicidad y que nos hagan más llevadero y dichoso el camino de la vida...

Ordenemos nuestras prioridades, las situaciones, momentos y personas que nos causan más placer y bienestar, procurando que los más incómodos lo sean lo menos posible y durante el menor tiempo.

Debemos recordar que si nosotros no somos felices no podemos hacer felices a los que nos rodean. Hay que pensar y reflexionar sobre lo que queremos en nuestra vida, sobre nuestra tranquilidad y NUESTRA PAZ INTERIOR. Casi siempre nuestra situación es producto de nuestras decisiones pasadas. Apostemos pues por decisiones arriesgadas en situaciones límite. Trabajemos por nuestra estabilidad interior, por nuestra serenidad y por consiguiente por nuestra felicidad...

No lo olvidemos nunca, la vida es aquello que nos sucede mientras hacemos planes de futuro.

Que este 2019 venga cargado de momentos felices y enriquecedores.




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