Los Señores y el derecho de pernada :
El derecho de pernada era la ley que permitía a los Señores abusar y violar a sus siervas o empleadas en la Edad Media.
En la actualidad la cosa sigue igual: en su versión suave, tenemos a Señores como Rubiales, que pellizcan, manosean, acarician, besan a sus subordinadas, tanto en privado como a la vista de todo el mundo.
En su versión hardcore, tenemos a los Señores de los Plásticos, que violan a las jornaleras marroquíes que trabajan en sus campos, y las dejan embarazadas, y las obligan a abortar.
Parece increíble que esto suceda en pleno siglo XXI, ¿verdad?
Pues pasa a diario, no solo en el campo, también en la Universidad, en las oficinas, en los platós: a las mujeres nos siguen toqueteando, abrazando, besando sin permiso.
Todo se suele hacer entre bromas, en contextos festivos, y muchas mujeres se sienten entre la espada y la pared. Porque, ¿cómo le dices a tu jefe que deje de abrazarte porque no quieres contacto corporal con él?, ¿cómo le explicas a un Director General, a un Presidente, a un Catedrático, Gerente, Alcalde, que te está dando asco el baboseo y que pare ya?
Muchas mujeres tienen que consentir para no quedarse sin trabajo, y cuánto más poder tienen ellos, más difícil resulta demostrar que tú no lo deseabas y no lo querías.
Las más vulnerables a los abusos y agresiones sexuales de los Amos y Señores son, como siempre, las mujeres inmigrantes, sin papeles, sin dinero para abogados, sin conocer el idioma ni las leyes. En España estalló el escándalo en 2018 gracias a ONGs que salieron a denunciar las violaciones de campesinas. Porque a ellas nadie las escuchaba ni las creía.
Cuando una mujer denuncia sola, se le cuestiona y se le culpabiliza. Incluso aunque fuera un grupo de mujeres denunciando a un solo hombre, como el caso de Plácido Domingo, antes era casi imposible que nos creyeran.
Entonces empezamos a usar las redes sociales, y las olas del #MeToo y el #YoSiTeCreo estallaron en todos los gremios: actrices, cantantes, universitarias, enfermeras, azafatas...
Sólo así la gente empezó a darse cuenta de que no eran casos aislados, sino un problema estructural, es decir, que para las mujeres es el pan nuestro de cada día, en todos los espacios laborales y sociales.
Ahora el escándalo está en el mundo del deporte: si las futbolistas están destapando los abusos que sufren es porque pudimos ver la agresión en directo, porque están unidas, y porque tienen el apoyo de millones de personas.
Las feministas llevamos décadas luchando para acabar con el derecho de pernada, usando la protesta y haciendo pedagogía. El objetivo es que los hombres tomen conciencia de cómo usan su poder, y de cómo nos sentimos las mujeres frente a los que tienen en sus manos nuestros puestos de trabajo y nuestros salarios.
Gracias a la batalla de las campeonas del mundo, ya no van a poder justificarse diciendo que era una broma, que nosotras nos dejamos, que fue un "impulso natural producto de la euforia y del cariño"
Los hombres ya no pueden seguir diciendo que no todos los hombres abusan, porque todos los que abusan son hombres.
Los futbolistas españoles ahora solo tienen dos opciones: o apoyar al jefe, y culpar a las víctimas de las agresiones que sufren, o solidarizarse con sus compañeras.
El papel de los hombres en el cambio que estamos haciendo es crucial. Porque pueden tomar conciencia de cómo se están relacionando con las mujeres, o pueden seguir montados en el carro del machismo. Pueden seguir creyendo que las mujeres somos malvadas, y que usamos el feminismo para hundir, con denuncias falsas, el prestigio y la carrera del Señor.
Para acabar con el machismo, recuerden que la Revolución es personal y a la vez política, y que se necesita mucha humildad y mucha autocrítica para trabajarse por dentro y para liberarse de los patriarcados que nos habitan.
Nosotras ya empezamos hace mucho el camino hacia la liberación, ahora los hombres podéis uniros, o podéis seguir señalándonos como las enemigas. Esto no es una guerra de sexos, y lo saben bien los hombres que sufren abusos y violencia de otros hombres.
Gracias a todos los que estáis apoyando la lucha feminista de la selección española: lo creáis o no, vuestro posicionamiento está abriendo el camino a muchos más hombres que antes no se atrevían a enfrentarse a los poderosos.
Coral Herrera Gómez.
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