jueves, 8 de noviembre de 2012

ROQUE AGUAYRO Y LA HUELGA GENERAL 14N ( I )

NOTA DE PRENSA 08-11-12
ROQUE AGUAYRO Y LA HUELGA GENERAL 14N ( I )
Para el día 14 de noviembre, distintas organizaciones sociales han convocado una Huelga General con el objetivo de hacer evidente el rechazo de la ciudadanía a las políticas neoliberales de recortes de derechos y libertades democráticas.
Roque Aguayro apoya sin reservas la convocatoria de Huelga General y la manifestación a celebrar ese día y lo queremos expresar hoy con un resumen de un texto de nuestro compañero Antonio Morales, Alcalde de Agüimes.
Se hace necesario ahora más que nunca que se venzan todos los miedos y se despierten todas las esperanzas para que las voces de millones de personas no renuncien a defender en la calle, en los trabajos y en las instituciones públicas los espacios de libertad alcanzados tras cruentas guerras mundiales o dolorosas dictaduras. Es el momento de la acción para hacer oír las reivindicaciones de ciudadanos libres que se rebelan contra el sometimiento de la democracia y de lo público y contra las campañas masivas de desmovilización social y de desprestigio de lo colectivo a las que nos encontramos sometidos. Es el momento de combatir el gas letal de la indiferencia, que según Chéjov “equivale a una parálisis del alma, a una muerte prematura”.
Luchar contra la indiferencia que combatió Antonio Gramsci con unas palabras redactadas en 1917, cuando apenas tenía 26 años y que hoy mantienen toda su vigencia: “Odio a los indiferentes. Creo, como Friedrich Hebbel, que “vivir significa tomar partido”. (…) Quien realmente vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido. La indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio a los indiferentes. (…) La indiferencia es el peso muerto de la historia. (…) Lo que ocurre no ocurre tanto porque algunas personas quieren que eso ocurra, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja hacer, deja que se aten los nudos que luego sólo la espada puede cortar, deja promulgar leyes que después solo la revuelta podrá derogar, deja subir al poder a los hombres que luego solo un motín podrá derrocar. La fatalidad que parece dominar la historia no es otra cosa que la apariencia ilusoria de esta indiferencia, de este absentismo. Los hechos maduran a la sombra, entre unas pocas manos, sin ningún tipo de control, que tejen la trama de la vida colectiva, y la masa ignora, porque no se preocupa. (…) Algunos lloriquean compasivamente, otros maldicen obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: Si yo hubiera cumplido con mi deber, si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, mis ideas, ¿habría ocurrido lo que pasó? (…) Odio a los indiferentes porque también me molesta su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos por cómo ha desempeñado el papel que la vida le ha dado y le da todos los días, por lo que ha hecho y sobre todo por lo que no ha hecho. Y siento que puedo ser inexorable, que no tengo que malgastar mi compasión, que no tengo que compartir con ellos mis lágrimas. (…) Vivo, soy partisano. Por eso odio a los que no toman partido, por eso odio a los indiferentes”.
Sin duda unas palabras muy duras para un momento muy duro, pero que no dejan de tener sentido en tiempos como los que vivimos. En cualquier caso, como dejó escrito André Gide: “El mundo será salvado, si puede serlo, solo por los insumisos”.
En nuestras manos está el romper la indiferencia y sumar esfuerzos para transformar la realidad.

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