El
empleo público es generalmente ingrato, especialmente porque los
problemas que se presentan son siempre muy superiores a los que se es
capaz de resolver, y porque es imposible contentar a todo el mundo;
pero la honestidad, la honradez y una férrea voluntad de servicio
público harán gratificante la tarea al final del camino. Esto tiene
validez tanto para los empleados público como para los políticos,
que pasan a serlo desde el momento mismo de su toma de posesión.
Los
ediles municipales deben tener siempre los pies en el suelo, teniendo
claro que llegará un día que D. Fulano volverá a ser simplemente
Fulano, cuando deje la vida política y vuelva a su profesión
habitual. Esto se debe tener asumido ...y
al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a
pisar... caminante, no hay camino, se hace camino al andar (Antonio
Machado).
Quien no tenga claro estas
elementales premisas y se deje arrastrar por la vorágine “pelotil
y bisagrera” que conlleva el ejercicio del poder, lo lleva claro y
el estacazo será monumental. Las muestras de gratitud y
reconocimiento a considerar son las que lleguen años después de
dejar el poder, si llegan; lo demás hay que ponerlo entre
paréntesis..., por higiene mental.
Cuando se ejerce un cargo político
municipal -o de ámbito geográfico superior- es muy fácil ceder a
“la tentación de la manzana”... Las presiones son muchas y muy
poderosas para mantenerse firme y no ceder a la tentación. En estos
casos, la honradez debe estar a prueba de bombas para no perecer en
la batalla.
Por el contrario, algunos ya van
descamisados de casa, deseando ser acribillados por las balas de la
corrupción y de probar el fruto prohibido. En estos casos, si el
jefe de filas es el descamisado no hay nada que hacer, la corrupción
toma el poder. Otras veces ocurre que el jefe de filas es persona
honorable, pero alguno de sus escuderos tiene querencia por el fruto
de Eva. En todo caso, “el pecado” está servido.
EL
INTERÉS PÚBLICO, LA UTILIDAD PÚBLICA o EL BIEN COMÚN, claramente
diferenciados del interés particular, son algunas de las expresiones
utilizadas para referirnos al criterio
de
tomar decisiones políticas y económicas que buscan el
beneficio de una comunidad; estos son los principios que deben regir
su mandato y no otros. Algo tan elemental que debiera estar en la
génesis de toda formación política, va transformándose o
prostituyéndose a lo largo de los mandatos de algunos partidos, o
incluso antes, lo que convierte a una OCUPACIÓN HONORABLE en una
profesión de rufianes. Cada uno deberá decidir en qué grupo quiere
ser identificado.
Maestro
Pancho.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario