jueves, 30 de mayo de 2013

EL DÍA DE CANARIAS



Este texto fue publicado en el rincón de Maestro Pancho el 01/06/2011. Lamentablemente parece ser que sigue estando de actualidad.
Los amigos que siguen este blog no se hacen una idea de lo que me gustaría estar equivocado cuando escribo sobre estos temas de nuestra tierra. En estos casos es descorazonador tener razón, aunque alguien pueda pensar lo contrario.

Cada 30 de mayo celebramos el día de Canarias con exhibiciones de nuestra cultura y tradiciones. Lo malo de todo esto es que, para la mayor parte de nuestros representantes institucionales, la preocupación por Canarias y sus habitantes termina ahí. Desgraciadamente para una gran parte de estos gestores de lo público, su preocupación por Canarias y sus problemas terminan el día 31 de mayo.

Cualquiera que lea este texto podría pensar que estoy en contra de estas celebraciones. Nada más lejos de la realidad. Estoy completamente de acuerdo en la dedicación de un día al año para la fiesta y el enaltecimiento de nuestras costumbres, tradiciones y de todo lo canario, pero me huele a cuerno quemado que el resto del año presten tan poca atención a resolver los innumerables problemas de esta tierra. Los mismos que en estas fiestas se ponen “el cachorro” y se disfrazan de canario por unas horas para vender una imagen de canariedad que nunca sintieron, los mismos que están siempre dispuestos a figurar en una fotografía ejerciendo de canarios, pero que no sean capaces de arremangarse por solventar los problemas de esta tierra.

Nadie sabe como el que se ha visto obligado a emigrar lejos de Canarias, en otros tiempos en los que internet no ponía tan a mano la información como lo hace ahora, lo que se añora esta tierra, los sonidos, los olores y hasta los paisajes. Nadie sabe lo que se siente cuando estando tan lejos durante tanto tiempo oyes las notas de un timple y no puedes evitar que se te escape una lágrima. Nadie sabe de la impotencia de celebrar este mismo día lejos de tu tierra y de tu gente y que ni siquiera en los medios de comunicación nacionales hicieran la más mínima mención a la celebración como si hacen de otros lugares de la península. El olvido de Canarias y la constatación de que la distancia física -desgraciadamente- es directamente proporcional al distanciamiento de los problemas y las alegrías de esta tierra.

Por eso, cuando regresas a tus orígenes y compruebas que los problemas siguen sin resolverse, que los que llevan tantos años poniéndose el cachorro no han sido capaces de trabajar y luchar porque todos los canarios podamos sentirnos orgullosos de nuestra tierra, pero no sólo por sus paisajes y nuestras playas -que también-, sino por la gestión que desde lo público se hace de nuestros recursos, de la sanidad, del empleo, de la dependencia, del desarrollo sostenible de nuestra tierra, de nuestras comunicaciones, por conseguir que la calidad de vida de los canarios no sea sólo la de unos pocos.

La recientes elecciones municipales no han sido sino un botón de muestra de cómo en algunos municipios ha primado “el pan nuestro de cada día”. Ante la falta de perspectivas laborales en algunas zonas de la isla, la gente se ve abocada a recurrir al empleo público, al empleo que algunos Grupos Gobernantes utilizan inteligentemente para conseguir el preciado “voto cautivo”. Prolongación de contratos, promesas de futuro, creación de nuevos e incluso la conversión a indefinidos en otros casos, han sido algunas de las argucias electorales que como es lógico es difícil demostrar. Incluso algo tan delicado como los servicios sociales son utilizados como monedas de cambio para este trajín del voto cautivo. Aquí todo vale.

Lo primero es lo primero y claro, no podemos culpar al ciudadano que buscar lo mejor para él y su familia. La situación está tan al límite que la gente se agarra a un clavo ardiendo. Luego vendrán las lamentaciones, pero ya será tarde, ellos ya estarán instalados otros cuatro años en la poltrona, con la aspiración a seguir escalando puestos en el escalafón de la política (ojalá me
equivoque).

Espero sinceramente que dentro de cuatro años podamos celebrar el día de Canarias sintiéndonos orgullosos y satisfechos por el trabajo realizado por nuestros representantes municipales y autonómicos, y que no tengamos que arrepentirnos de la decisión tomada. Y sobre todo que ningún amigo tenga que decirnos por la calle un cariñoso “ten cuidadito”.

Maestro Pancho.-

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