Canarias
necesita un Gobierno potente, serio, que defienda Canarias y a los
canarios de las tropelías coloniales petrolíferas que quieren
imponernos desde Madrid en beneficio de Repsol. Necesitamos también
un Gobierno Insular fuerte, serio, que defienda los intereses de esta
isla de Gran Canaria y de sus habitantes sin entrar en el manido
pleito insular, que incitan cada vez que quieren distraer la atención
de los asuntos importantes, y para el que no dudan en malgastar
dinero público a través de campañas pleitistas (divide y
vencerás).
Mientras
tiran el dinero público de todos los grancanarios en este tipo de
campañas frentistas hacen oídos sordos a la tropelía petrolíferas
que quiere cometerse en nuestra tierra. El de Gran Canaria es el
único Cabildo -gobernado por el Partido Popular- que no ha
denunciado las prospecciones petrolíferas, más bien al contrario.
Mientras tanto desatienden y amenazan con cerrar el Consorcio
Insular de Bomberos de Gran Canaria, una herramienta vital de
prevención y extinción en esta isla. Por lo visto ya nadie se
acuerda de los lamentables incendios que arrasaron el sur de Gran
Canaria en el 2007. La prevención, formación y dotación es la
herramienta fundamental para evitar que se repitan estos lamentables
hechos. Lo contrario es rozar la temeridad y jugar con la seguridad
de los grancanarios.
No
sé que calificativo emplear para definir a los políticos que
prefieren gastar el dinero público en fomentar el odio entre los
canarios mientras apoyan de la destrucción de Canarias, mientras
abandonan además los servicios básicos de prevención y lucha
contra los incendios.
Este
tipo de políticos son los que consiguen alejar a la gente de la
política. Lamentablemente son muchos los que ven la política como
si de un equipo de fútbol se tratara. “Mis colores son mis colores
por mal que lo haga”. Vendito sea Dios... Yo no respaldaré nunca
con mi voto un partido que vaya en contra de mis principios, y menos
aún que vaya en contra de mi tierra y de mi gente.
No
puede ser que las consejerías de Turismo del Gobierno Canario y de
los Cabildos Insulares inviertan cada año miles de euros en ferias
turísticas de todo tipo, de la que se ven beneficiados los grandes
empresarios turísticos, sin arrancar un mínimo compromiso de
empleabilidad en un sector que bate récords históricos de
visitantes, mientras explota a sus trabajadores con jornadas de
trabajo inhumanas.
Por
otra parte, tampoco es posible que la Consejería de Agricultura no
sea capaz de coordinar una mínima iniciativa local para compensar el
desequilibrio entre importación y producción local, incentivando la
consecución de la tan ansiada soberanía alimentaria.
No
es posible que el Consejo Insular de Aguas del Cabildo permita el
abandono de una inversión multimillonaria como la planta
desalinizadora de Roque Prieto sin que se atisbe la más mínima
actuación para revertir el estado de abandono en la que se
encuentra.
Necesitamos
un nacionalismo serio, que defienda lo nuestro, nuestra tierra,
nuestras aguas, nuestra industria, nuestra gente. Que no venda
nuestra tierra al mejor postor en beneficio de unos pocos como ha
venido sucediendo. Que no permitan que nadie venga nunca a disponer
de nuestra tierra y de nuestras aguas para el negocio de cuatro.
Nadie
vino nunca de la península a defender lo nuestro, y no lo van a
hacer ahora.
Canarias
es un territorio alejado, no sólo geográficamente sino mentalmente.
No hemos estado nunca entre las prioridades de los gobiernos de
Madrid. Los problemas de Canarias no interesan. Nadie que no viva en
Canarias va a entender nunca nuestros problemas y nuestras
necesidades. Los representantes de los partidos españoles en las
islas están demasiado preocupados en no ser excluidos de las
próximas listas electorales si se vuelven reivindicativos. Por eso
siempre sus propuestas se quedan en los panfletos electorales, si es
que llegan.
Entender
la política es difícil, pero entender la política Canaria lo es
aún más, sobre todo si tu futuro depende de las directrices que
marca Madrid.
Volver
a imponer un certificado de residencia ya desfasado que evidencia
nuestro estatus colonial no es una buena política para Canarias.
Apostar
por unas prospecciones petrolíferas que condenarán el futuro de
Canarias en beneficio de una compañía privada no es una buena
política para Canarias.
Aprobar
la privatización de los aeropuertos canarios en lugar de ceder su
gestión a los canarios no es una buena política para Canarias.
Ningunear
y despreciar la voluntad de los canarios no es una buena política
para Canarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario