sábado, 31 de enero de 2015

QUÉ COSAS LAS DE ESTE PAÍS, por Paco Vega

En estas últimas semanas venimos soportando una sorprendente avalancha de noticias y acontecimientos de todo tipo que acogotan al más avezado e informado ciudadano. La sucesión en cascada de acontecimientos noticiables, casuales o forzados, en busca de sembrar confusión y despistar al personal, se superponen de forma aparentemente descontrolada: Bárcenas, Gurtel, los Eres, Puyol, el triunfo de la izquierda en Grecia con acojone generalizado del bipartidismo en España... y como no, Podemos y Pablo Iglesias “el destripador”en la primera plana de todos los medios... También la repentina desaparición de los “nosecuantos” barriles de petróleo que según Soria había en aguas canarias (de la noche a la mañana), veremos si vuelven después de las elecciones a destapar “el botín petrolero”... Y con la traca final de la privatización de los aeropuertos, en lo que puede significar para Canarias la desaparición de los aeropuertos menos rentables (La Gomera y El Hierro), además de una más que previsible subida de los billetes por la carestía de tasas, ahora en manos privadas.


Definitivamente, los de “la marca España” se han propuesto desmantelar el Estado, privatizando lo público rentable (aeropuertos) y nacionalizando lo privado en ruinas (Bankia, autopistas, etc). Luego nos contarán -para rebajarnos sueldos, pensiones y derechos adquiridos- que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.

Ya he comentado en más de una ocasión que esta gente no va a dejar títere con cabeza, y los acontecimientos desgraciadamente me están dando la razón.

Entre todo este marasmo “desinformativo” me llama la atención la nueva aparición en escena del Ministro Wert, con otra conflictiva reforma universitaria, en lo que viene a representar la “elitización” de la educación pública, sumando más obstáculos si cabe al acceso a la formación superior para las clases menos pudientes. La educación para quien se la pueda pagar... (dice el mensaje entre líneas del Gobierno -para quien lo quiera leer-) Este Ministro tiene la extraña habilidad de liarla parda cada vez que puede. En las próximas semanas veremos a los estudiantes echarse a la calle en justa defensa de sus derechos, pero ahí los estará esperando el Ministro Fernandez con su policía pretoriana y con la Ley Mordaza entre los dientes para dar buena cuenta de una represión nunca vista desde el franquismo, especialistas en mantener al pueblo con la testuz baja... Y si no al tiempo...

Este tema es aparentemente sencillo -por reducir su malvada complejidad hasta el absurdo-, si encarecen las matriculas y reducen las becas (primera actuación de este gobierno contra la educación universitaria), y ahora reducen la duración de las carreras, ampliando los másteres, consiguen limitar el acceso a la Universidad a las clases menos pudientes y posteriormente poner una nueva barrera económica para los que si lo consigan, con la obligatoriedad de realizar los nada económicos Másteres. Antes un licenciado era un licenciado; ahora, quien termine una carrera, con el esfuerzo económico titánico que representa para las familias, pasará a engrosar las listas de un ejercito de titulados superiores en paro, a no ser que pueda permitirse dos años de máster. En la práctica significa que están reduciendo el acceso a la educación superior a una élite económica muy privilegiada. Maldita la falta que hacía esta reforma al ya desconcertado mundo educativo, pero ellos tienen claras sus prioridades y las van a llevar hasta el final.

Por otra parte llama la atención como van relevándose los diferentes Ministros en situarse en el ojo del huracán, como si formase parte de una coreografía perfectamente ensayada... Wert, Gallardón, Fernandez, Soria, Wert -otra vez-, etc... Con la intermitente aparición de la siempre desconcertante -sin ápice de vergüenza- Secretaria General del partido y de las indemnizaciones diferidas al dueño de la cueva de Ali-Babá... Qué cosas las de este país... Qué cosas las de este Gobierno... “Se fuerte Luís, aguanta” ...dito sea Dios... Qué nos quedará por ver...


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