En la era de la
información y de las redes sociales es más importante que nunca
estar bien informados. Nos jugamos mucho de nuestro futuro y no basta
con ser simples receptores pasivos de la información que nos brindan
los grandes medios. Se hace necesario por tanto contrastar las
informaciones con algo tan sencillo como escuchar, leer y ver
informativos de distinto signo ideológico, pero además convertirse
en buscadores activos de la información, en internet y medios. No
digo que vayamos a hacer esto con cada noticia, pero si con las que
nos afecten más directamente o al menos las de mayor trascendencia
pública. Y leer, leer mucho...
Por lo que respecta a
nuestra querida Canarias tenemos varios ejemplos de lo que digo. Hace
unos días, sin ir más lejos, un periodista -entregado a todas las
causas que salgan de las filas de determinado signo político-
atacaba de forma innecesariamente dura con el tema
petrolero-gasístico a un político canario de contrastada formación
en temas energéticos y contrario a las prospecciones, al gas y a
todo lo que no sea la vía limpia de las renovables para gestionar
nuestro futuro energético. Naturalmente fue el periodista el que
evidenció un ridículo espantoso por su majadería con el tema de
las prospecciones y el gas, a pesar de que Repsol ya había cogido
las de “Villadiego” (no sabemos si para volver) y el político
argumentó sólidamente la innecesaria y perjudicial entrada del gas
en las islas. Aún así, este tipo de informadores saben que su
mensaje puede calar muy bien en sectores de la población poco
informados sobre el tema en cuestión. Los mercenarios de la
información hacen su agosto en el río revuelto de la desinformación
política que vive muy al margen de los temas de actualidad y de la
política.
La política está en
todas las facetas de nuestras vidas. Por eso, la famosa leyenda de
“yo paso de la política” no evidencia más que la ignorancia de
quien la pronuncia, puesto que si tu pasas de la política, ella no
pasará de tí, puesto que nos influye en todos los órdenes de la
vida. Este de las prospecciones petrolíferas, la introducción del
gas en Canarias o el impuesto al sol, son sólo algunos ejemplos. La
privatización de los aeropuertos sería otra que posiblemente genere
desinterés si no somos conscientes de lo que esto significa y si
escuchamos en algunos medios “amigos” decir que esto será bueno
para el mejor funcionamiento de los mismos, obviando que la
privatización de los aeropuertos canarios significará convertirlos
en negocio privado, y lo privado cuando no da negocio se cierra o se
minoran sus frecuencias y destinos, al margen de una más que
probable subida de tasas. El interés general de los canarios, por
poner el ejemplo de unas islas en las que los enlaces aéreos son
imprescindibles para la movilidad de sus habitantes, queda en un
segundo plano o directamente desaparece.
Política es también el
que nada más llegar al poder, con un ministro canario al frente,
para más inri, vuelve a imponer el certificado de residencia a los
canarios -desaparecido años atrás- para obtener su descuento de
residencia, con lo que se vuelve a cargar sobre las espaldas de los
canarios más dificultades y sensación de lejanía de la que ya
tenemos.
Y política también es,
en un plano mucho más cercano al ciudadano la subida en un 100% del
recibo de la basura, sin que haya una mejora en la misma proporción
en el servicio que se venía prestando. O bien la el importe del IBI
(más conocido por la contribución), en el que en algunos municipios
seguimos pagando impuestos por nuestras viviendas a los precios del
techo de la burbuja inmobiliaria de 2007 -en algunos casos el doble
de los actuales-, simplemente porque el Gobierno Municipal de turno
se ha negado de forma reiterada a solicitar su revisión (ponencia de
valores). O el decidir que todos los dineros y subvenciones que
llegan al municipio por la vía de la Consejería de Cooperación
Institucional del Cabildo y otras, vayan destinadas a determinada
“obra emblemática” de incierto futuro, en lugar de acometer
actuaciones municipales en los barrios, habitualmente dejados de la
mano de Dios.
Política también es la
privatización del alumbrado público que acaba de acometer
determinado Grupo de Gobierno del Norte de Gran Canaria. Si, como lo
leen, la privatización del alumbrado público. ...dito sea Dios...
¿Qué nos quedará por ver?
También es política
-pero de la rancia- cuando determinado Alcalde basa todas sus
actuaciones en engrandecer artificialmente su figura política con la
intención de una proyección personal a otras cotas de poder. Para
ello no duda en poner su imagen fotográfica en lugar privilegiado de
cualquier acto, casual o provocado, e incluso convocar actos de
cualquier relevancia con la “sana” intención de inundar con su
imagen los informativos locales, en situaciones que, de no ser por la
seriedad y la responsabilidad del cargo, inducirían a la hilaridad.
Documéntese e infórmese,
y luego tome su postura con criterio. No me crean ni a mi, pero
insisto, la política está muy presente en nuestras vidas.
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