A la política se va de
muchas maneras; la primera es trabajando por el interés público e
intentando mejorar los servicios y la calidad de vida de los
ciudadanos; la segunda es exclusivamente en beneficio personal.
Seguro que con esta breve introducción a todos les ha venido a la
mente numerosos ejemplos del segundo modelo, no así del primero que
es una “rara avis” de nuestro panorama político canario.
Recientemente he tenido
“el placer” de conocer de primera mano a varios individuos del
segundo modelo, incluso alguno que ni disimula enfrascado en su
objetivo, es decir, al que ni entiende ni interesa la política para
otra cosa que no sea posicionarse adecuadamente en una lista
electoral, que le permita luego acceder a un puesto (a la sombra
cuatro años) de los que “subasta” el ganador después de las
elecciones.
Para otros, incluso la
honorable responsabilidad como es la Alcaldía de un Ayuntamiento no
es más que un simple trampolín en el que impulsarse a metas más
altas en las instituciones regionales. Ayuntamiento y vecinos que no
dudará en dejar tirados a las primeras de cambio si otro
cargo/nómina de más abultados ceros le ofrecen por recompensa.
También los hay que
llegan nuevos pero entregados al mejor postor, aunque propios y
extraños acaben ladrándole por el camino a la vista de su descaro
en posicionar su trasero y su cartera a buen recaudo, teniendo claro
desde el minuto uno que no han venido a la política para salir pobre
del embate...
Peor aún los que en el
pasado pisotearon y despreciaron a los ciudadanos que prometieron
defender y ahora en proximidad electoral vienen a sacar las últimas
“tajadas” del cargo, disfrazado de conseguidor mayor del Reino.
Sin duda siempre habrá quien quiera lamerle los zapatos (o lo que le
pidan) con tal de apañar su parte del pastel.
Lamedores de zapatos hay
muchos. Antes lamían zapatos negros y ahora los lamen grises, la
cosa es lamer... Incluso en el sector empresarial que se supone deben estar mirando por los intereses de sus empresas acaban lamiendo
zapatos en un triste espectáculo que pone a cada uno en su sitio y a
Dios en el de todos. Por sus obras les conoceréis... Y yo añado, y
por sus palabras...
Por otra parte -o por la
misma-, los supuestos encargados de poner luz y taquígrafos a este
interesado panorama político-social, montan un auténtico “show de
Truman” en el que sólo unos pocos consiguen ver más allá del
decorado. Nadie es quien dice ser. Nada es lo que parece.
Afortunadamente siempre
nos quedará un reducto de honestidad en este panorama de podredumbre
en que se ha convertido la política canaria. Siempre quedan algunas
excepciones que engrandecen la honorable responsabilidad de
Representante Público.
Ante la dura cruz que
venimos soportando desde hace años por este “Vía Crucis” en que
se ha convertido la política nacional y canaria, algunos se han
convertido casi sin quererlo en el “Espíritu Santo” de gran
parte de los canarios de bien, de los que no tenemos intereses
espurios en la política o en sus alrededores, de los que confiamos y
sabemos que OTRA CANARIAS ES POSIBLE. Dios quiera que ninguna
escopeta de gatillo rápido nos prive a los canarios de “La
Salvación”.
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