sábado, 18 de febrero de 2017

Desasosiego, por Paco Vega.

Sigo viendo con desasosiego y tristeza en redes sociales comentarios de personas que rezuman odio en cada frase, a cada palabra, cuando hablan supuestamente de política. Seguramente imposibilitados, por falta de argumentos, a realizar el más mínimo planteamiento político sosegado de sus más íntimas convicciones fascistas, los veo retorcerse en sus pretendidas argumentaciones convertidas en insultos, críticas faltonas y carentes de la más mínima lógica política ni democrática al que ellos consideran “sus enemigos”. A mi no me molesta que gente pudiente y adinerada apueste por la derecha española porque sus planteamientos políticos se ajustan precisamente a favorecer a esa reducida clase privilegiada. Ni siquiera me molesta que la gente favorecida por el anterior régimen dictatorial o por los sucesivos gobiernos de derechas apuesten y voten a quienes les ha tendido la mano, ayudándoles probablemente en su éxito profesional, pero no entiendo esa inquina y odio a quienes pensamos diferente. Es curioso que, a pesar de gobernar la derecha y estar el país “hecho unos zorros”, para los trabajadores claro, haya gente que sólo escuchar mensajes diferentes, de equidad social, en defensa de los trabajadores y de los más desfavorecidos se indignen hasta rezumar bilis en cada comentario que ingenuamente piensan que disimulan con más o menos elaborados discursos.
Es una lástima que, con la que ha caído en este país, siga habiendo gente tan anti-democrática y fascista que estoy seguro que -si volviesen otros tiempos- serían los primeros en ponerse las “camisas azules” y acudir con camiones cargados de trabajadores inocentes al Llano de Las Brujas, a la Cima de Jinamar y a otros tantos, de infausto recuerdo para los canarios, donde hicieron desaparecer las libertades y la democracia de este país.
Muchos siguen echando de menos el tiro en la nuca a los que piensan diferente. Palabra de Dios… Ditoseadios…

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