Solicito,
ruego y demando de manera urgente “democracia en defensa propia”.
No puede ser que estos baños de democracia, de legalidad y de
europeización con que nos han edulcorado durante años sólo haya
servicio de máscara de las élites franquistas que pretendían
continuar su agosto. No puede ser que esta joven democracia padezca
tan pronto de la artrosis propia de la edad avanzada. No puede ser
que a al primer revés serio que tiene el estado -con el desafío
catalán- se tambaleen los cimientos democráticos que hasta ahora
creíamos sólidos.
Los
gestos del gobierno de España no dejan lugar a dudas sobre su más
que endebles cimientos democráticos. La falta de cintura política,
la utilización de la policía como ariete y escarnio (criticado a
nivel internacional) y el ahora “aclamado” artículo 155, han
dejado “en pelotas” a una Constitución francamente mejorable y
reiteradamente pisoteada. Intentar sacar rédito político en el
resto del estado a costa de una Cataluña electoralmente amortizada,
da muestras sobradas de los nulos escrúpulos de un partido
desnortado entre la modernidad que pretende y su pasado fascista que
sigue sin condenar y del que no quiere librarse. Los años de
permisividad con la corrupción, el nombramiento del extremista
Xavier García Albiol como su referente en Cataluña, el nombramiento
de una “Ministra diferida” al frente de Defensa, el Ministro que
“españolizaba” niños catalanes en Educación, un “panameño”
a cargo del Ministerio de Industria y Turismo que pretendía llenar
los bolsillos de Repsol a costa de llenar nuestras playas de piche,
así como un largo etcétera que me llevaría horas detallar, del que
no quiero dejar en el olvido al Ministro de “la amnistía ilegal”
con la que perdonó a grandes fortunas defraudadoras. Estos son sólo
unos pocos botones de muestra del nivel democrático en que está
sumido este país y su gobierno. El listón no puede estar más bajo.
Hasta
al “joven” Rey se le ha caído la careta al tomar partido por la
tesis del partido del Gobierno. Una prueba de fuego para el
“sobradamente preparado” Rey que no ha sabido superar. A estas
horas ya debe estarse arrepintiendo de su torpeza y la de su entorno
porque se avecina una tormenta republicana que que puede dejarle sin
el cetro real en unos años. El silencio informativo y cómplice de
los medios de comunicación con la Casa Real, que durante cuarenta
años ha caracterizado a nuestra “democracia”, se evapora
definitivamente, por lo que pintan bastos para la monarquía española
con esta torpe actuación real.
Ha
bastado el abandono de las clases medias y populares por parte del
bipartidismo dominante, a las órdenes del poder económico y
empresarial, para que explotase el 15-M, con la llegada posterior de
Podemos. Dichas élites económicas han intentado contrarrestar con
la creación artificial de Ciudadanos, a quien los “medios amigos”
dan minutos y presencia de forma poco disimulada en todas las
portadas. Los mismos que ningunean y retuercen la presencia y el
mensaje de Unidos Podemos.
Tengo
“la mala costumbre” de ver y escuchar con atención los debates
políticos (vicios que tiene uno), y me sorprendo al contrastar las
opiniones de afamados periodistas en sus debates y columnas que, o no
vieron el debate o mienten como bellacos… Esta es la prensa que
tenemos, salvo honrosas excepciones.
Ahora
el problema en España no está sólo en Cataluña, a la que con su
actuación gubernamental no ha hecho sino avivar las llamas del
independentismo. El problema de este partido es que sólo sabe
obedecer a las élites, y cuando se les presenta un problema político
de primer orden no lo saben digerir. Hubiese sido fácil permitir un
referéndum pactado y ganarlo porque hasta Unidos Podemos hubiese
hecho campaña a favor de la permanencia (lo han dicho hasta la
saciedad -aunque los medios del régimen lo hayan tergiversado hasta
la extenuación). Ahí es lógico que no hubiese terminado el
problema, pero seguro que con tiento y las medidas políticas
oportunas se podría haber reconducido el asunto, a pesar de haberlo
gestionado tan mal los últimos años. Pero no, se han tirado al
monte haciendo gala de sus más bajos instintos antidemocráticos.
Los mismos que ahora vemos resurgir en una población políticamente
analfabeta que pide mano dura y represión.
Este
país necesita democracia en defensa propia.
Y
en Canarias dos huevos duros...
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