EL
FASCISMO, por Paco Vega
Triste
es comprobar que el fascismo no ha sido aún extirpado de este país,
que sigue inyectado en vena o grabado a fuego en el cerebro de
muchos. Han sido muchos los años de adoctrinamiento, antes y durante
la mal llamada transición, que da por sentado que, cualquier
apertura democrática es un atropello a los “valores de España”
(léase La Patria, La Bandera, el Rey y la religión católica,
apostólica y romana...). Nadie piensa en las personas, las que por
supuesto deberían estar siempre en el centro de cualquier ecuación
política, muy por encima de patrias y banderas. De hecho, la
realidad en este país es que las personas pasan siempre a un segundo
o tercer plano, por no decir que desaparecen radicalmente en los
programas de determinados partidos que se reivindican como
portadores de “las esencias históricas” de España. Una España
ciertamente peculiar que vive en ocasiones completamente de espaldas
a la realidad y a los problemas de los españoles.
No
quiero que mis palabras suenen gruesas, pero si con la seriedad
suficiente para abordar este triste asunto. Triste porque compruebo
que hay una gran incultura política, incultura de la que además
presumen muchos sin recato. Escuchar a simples trabajadores hacerse
eco y repetir machaconamente las consignas pretéritas y huecas,
referidas a la unidad de la patria y la bandera, mientras sus
derechos laborales y sociales son pisoteados, es realmente
descorazonador. Han sido muchos los años de terreno abonado para
facilitar esta involución social que facilite el acabar con los
derechos de la clase trabajadora, conseguidos todos ellos a base de
sangre, sudor y lágrimas. Ya se viene haciendo con las pensiones,
con los sueldos, con la sanidad, con los servicios sociales, etc.
Poco a poco, casi sin que nos demos cuenta, distraídos como estamos
con el fútbol, los programas basura y los conflictos creados
artificialmente para mantener nuestra atención lejos de los asuntos
realmente importantes, nos van robando la cartera y la dignidad.
Hasta
hace “cuatro días” no existía fascismo en este país... Nadie a
la derecha del PP osaba toser la discrepancia porque ya se encargaba
el partido de la gaviota de aglutinar a todas las esencias de
regímenes pretéritos. Unas veces más disimuladamente que otras,
sin hacer alarde pero sin condenar explícitamente el régimen
dictatorial, que masacró y reprimió a toda voz discordante,
consiguieron que nos dejásemos engañar con el cuento de la lechera
de la transición. Digamos que todos sabíamos bajo qué siglas se
ocultaban los miles de fascistas que ahora asoman la pezuña. Ningún
partido como ahora enarbolaba banderas ni espíritus patrios y
religiosos con el esperpento que ya no recordábamos desde la
franquismo. De repente todos en las derechas compiten a ver quien es
es “más patriota”, más chulo o la tiene más grande (la
bandera). Hasta tres partidos, sin contar otro montón de adoradores
de un franquismo trasnochado se disputan el ser portadores de lo más
rancio de esta España podrida de corrupción. Los que hasta hace
bien poco se bañaban en “esencias constitucionales” y se
hacían llamar a si mismos “CONSTITUCIONALISTAS”, ahora ni se
ponen colorados camuflando una reducción drástica de derechos y
libertades, ocultas en sus soflamas y banderas, en pos de “LA
UNIDAD DE ESPAÑA” y otras memeces para ingenuos adoctrinables,
aunque para ello haya que pasarse la “tantas veces venerada
Constitución” por el arco del triunfo.
El
gran
capital
sabe engrasar muy
bien los
mecanismos de la manipulación. El “problema catalán” les ha
venido que
ni pintado
para ir entrenando sus técnicas, tácticas y mentiras que,
convenientemente repetidas hasta la extenuación por los medios de
comunicación afines, consiguen el efecto multiplicador que ahora
vemos en
la
calle y redes
sociales.
La Iglesia Católica, por
su parte, a
través de la Conferencia Episcopal y sus medios de comunicación
(La
Cope y 13 TV),
no están siendo actores menores a la hora de inyectar
odio en
las desinformadas mentes de los ingenuos ciudadanos, muchos de los
cuales anuncian ya en las redes mano dura e intransigencia con los
“infieles”
y “enemigos de España”.
AL PAREDÓN, gritan los
más testosterónicos y monoreuronales.
Algunos
periodistas
amenazan
incluso con TIROS
EN LA NUCA
desde programas de difusión nacional. Y
y no pasa nada, oiga!
porque
no son raperos, titiriteros, o Drag Queen
de concursos
carnavaleros,
de lo contrario la Fiscalía ya habría tomado medidas drásticas…
Pues
si,
dos de los canales que más odio vomitan cada día a
sus audiencias
pertenecen “casualmente”
a
la Iglesia Católica... Aquí, parece
ser,
no
se predican
las
enseñanzas de
Cristo...
En este país, “la
franquicia
de
la Iglesia de Cristo” siempre
ha estado con los poderosos,
que
no han dudado
en vomitar odio contra los que, como Jesucristo, osaron enfrentarse a
los poderosos…
(según
las Sagradas Escrituras).
En
fin, cosas
del desatino religioso…
A
Jorge Fernández Díaz, antiguo Ministro del Interior, un cristiano
de misa diaria, le pillaron en unas grabaciones, maniobrando
desde
las “cloacas del estado” en contra de las instituciones
democráticas
catalanas.
“Esto
la fiscalía te lo afina”
le decía el ex-Ministro
del Interior
al Jefe
de la Oficina Antifraude Catalana,
Daniel
de Alfonso
(juez de profesión, para más señas...).
Luego
vendría el 01 de octubre, con toda una represión desproporcionada e
innecesaria, aunque desde los medios nos hayan hecho creer lo
contrario con el bombardeo mediático. También desproporcionada ha
sido la prisión para los presos políticos catalanes. Luego nos
hablan de la existencia de una dictadura en Venezuela, los mismos que
aquí justifican que unos políticos estén presos por unos delitos
imposibles y que reputados juristas de este país ya han manifestado
-de forma reiterada- su improcedencia, además de ser desautorizados
a nivel internacional desde varios países europeos cada vez que han
tenido que pronunciarse sobre el tema. El hecho de que los países
europeos que más duramente castigan los delitos de rebelión no
hayan visto argumentos suficientes para extraditar a Puigdemon por
estos delitos es muy significativo, a pesar del marasmo informativo.
El propio Juez Llarena HA RETIRADO la orden de extradición
contra Puigdemont que él mismo dictara con anterioridad, algo
inaudito en la justicia española, según el prestigioso Magistrado
Emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín. Toda una
serie de rocambolescos acontecimientos juridico-políticos, que de
haber ocurrido en el país hermano de Venezuela estaríamos
tirándonos de los pelos, y los medios de comunicación vociferando
contra la “dictadura de Maduro”, como habitualmente llaman
al Gobierno Venezolano.
Ciertamente
hasta a mi me gustaría huir de este país, si pudiera. Un país en
el que la corrupción y la mentira campan a sus anchas por todas las
instituciones.
Casualmente
siempre hay un “enemigo superior” que combatir. Primero
fue el terrorismo de ETA, ahora es el independentismo catalán.
Ciertamente en Cataluña el 01 de octubre no existió el “requisito
imprescindible” de LA VIOLENCIA para apreciar el DELITO
DE REBELIÓN, pero créanme si le si les digo que muchos estarían
encantados de que la hubiera o hubiese… Y no
hablo de los independentistas precisamente… A las
pruebas me remito.
Y
así se va inyectando el odio en una sociedad mayormente desinformada
y manipulada, que acaba volcando en las redes sociales mensajes
inauditos, propios de estados fascistas. El enemigo exterior
-el inmigrante pobre claro- pasa a ser foco de
las críticas y los odios. También el demócrata de todo signo y
condición que no comulga con el fanatismo y violencia desatados.
“Todo por el orden y la Ley” (Léase
EL BENEFICIO de de una clase privilegiada, avariciosa
y explotadora que no está dispuesta a perder su posición de ventaja
en esta corrompida sociedad española, y que
siempre -desde una buscada segunda línea- alimenta
económicamente a los fuegos que le interesa mantener vivos para
conseguir sus objetivos).
Es
curioso que la corrupción política -y empresarial- (no hay que
olvidarlo porque siempre van de la mano) figura siempre como el vagón
de enganche para los reduccionistas de “UNA GRANDE Y
LIBRE...”. El dinero no tiene corazón ni sentimientos,
solamente el interés por el vil metal hace que extraños compañeros
de cama compartan políticas e intereses. Acabado e negocio se acaba
la relación, salvo que hayan hipotéticos negocios futuros de los
que aprovecharse, para lo cual volverán entonces a “entenderse”.
El
capitalismo no sería posible sin la participación ignorante de la
gran clase trabajadora, que adopta como propios los enunciados del
capital depredador que le somete, bajo otras fórmulas asequibles
como puede ser la patria, la bandera o la religión. Valores todos
ellos abstractos y etéreos fácilmente asimilables por el común de
los ciudadanos, que avanza como “pollo sin cabeza” bajo la
presión de millones de mensajes confusos y distorsionadores de la
realidad, que le inducen qué sentir o pensar en cada momento. Para
ello los medios de comunicación y la religión son utilizados para
adoctrinar al confiado ciudadanos, que se indigna desconcertado en la
sofá de su casa ante consignas tan trasnochadas como vacías de
contenido, unos para decirnos que no hay más salida que la que
nos marcan los grandes poderes económicos y financieros, y
los otros para que nos resignemos cristianamente a los
designios de Dios...
En
estos días nos enteramos también de la presentación, en un Juzgado
de Guía, de una demanda por parte de un jubilado, contra el
ex-presidente catalán Carles Puigdemot, por atentar contra el honor
de España (dicen)… Disculpen mi sorpresa y desconcierto ante
determinadas aptitudes de algunos ciudadanos. En esta tierra canaria
de MARGINGALEOS y CONCHABEOS y en esta España podrida de
corrupción, algunos no ven más problemas y necesidades que
atacar a Puigdemont y Cataluña.
NO
HAY MÁS PREGUNTAS SEÑORÍA...
Bendito
sea Dios…
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