El
relato parece ser la fórmula que muchos utilizan para hacer y decir
lo que les conviene en cada momento y luego desdecirse o explicar que
lo blanco es negro. Es decir, que ofrecen, prometen y se comprometen
para luego fabricar una historia que justifique su cambio de postura…
Esta
fórmula es utilizada desde el confín de los tiempos por los
caraduras, políticos o no, que no tienen más interés que la
defensa de su propio ombligo o el de un tercero. Los particulares
utilizan el relato para fabricar una cortina de humo que esconda sus
verdaderas intenciones, sus maldades 0 torpezas. Siempre he dicho que
“más limpriaitas cabezas” para malgastarlas inventando y
mintiendo a troche y moche. Claro que mientras les funcione -y les
funciona, ya lo creo que les funciona- para qué van a cambiar…
Con
determinada clase política pasa lo mismo, solo que en esta ocasión
la cortina de humo se ve aderezada con la ayuda inestimable de los
medios de comunicación a sueldo de los grandes poderes, que
blanquean retorcidas conductas o discursos y que señalan y
magnifican otras de signo contrario, dependiendo de quien le engrose
la cuenta de resultados.
Explicarle
a la mayor parte de los ciudadanos la evidente manipulación de los
medios en la creación del RELATO es realmente difícil. Son muchos
los que entienden que las televisiones y radios públicas estén “al
servicio” del partido en el gobierno en cada momento o que actúen
bajo sus directrices, lo que ya les cuesta un poco más entender es
que los grandes medios de comunicación en manos privadas, siendo
precisamente eso, PRIVADOS, no actúen con independencia, y cuyo
objetivo no parece ser la objetividad periodística sino la
supervivencia económica. Hay varias formas de ejercer ese control o
manipulación: una es a través de la publicidad que se inserta en
los mismos -también institucional- otra es la participación en los
Consejos de Administración para el control de contenidos. En román
paladino significa que los grandes medios son dirigidos, o
teledirigidos por los grandes poderes económicos o financieros (esto
vale para grandes, medianos y pequeños). No hay más que echar un
vistazo a todos ellos para verificar que están en muy pocas manos y
ver quienes componen sus consejos de administración. Por tal motivo
EL RELATO pasa a ser la “verdad informativa”, y por lo tanto a
convertirse en “la información” que reciben todos los
ciudadanos, por tierra mar y aire… Muy pocas personas acuden a las
fuentes primarias (sin editar) para conocer la verdad, contrastando
informaciones e identificando con desconfianza el pie del que cojea
cada uno…
Recientemente
oímos al Gobierno en funciones decir justo lo contrario de lo que
pregonaba cuando estaba en la oposición o en campaña electoral,
pero no pasa nada porque la prensa afín -lejos de afearle la
conducta- pasa de puntillas sobre estos temas. Ningún periodista
pregunta sobre la promesa de derogar la tan lesiva reforma laboral
del PP, y que ahora -parece ser- no les disgusta tanto… Lo mismo
sucede con la lista de los amnistiados fiscales, que prometieron
publicar hasta la extenuación y ahora silban mirando para otro lado
como si no fuera con ellos… También sorprende la falta de interés
periodístico sobre la estabilidad y revalorizaciónd e las
pensiones, una situación a la que todos nos veremos abocados, unos
más pronto que tarde. El problema del PSOE es que sólo es de
izquierdas en campaña electoral o en la oposición, en cuanto llega
al gobierno sirve y responde a los mismos intereses que el PP. A la
vista está la prueba.
Si
quieren comprobar lo que aquí se dice sólo tienen que ver un debate
parlamentario y luego escuchar las tertulias e informaciones
periodísticas que se generan sobre la misma. Cualquier parecido con
la realidad es pura coincidencia… Ya pasaba con el PP en el
Gobierno y pasa ahora con el PSOE. Se manipuló, se manipula y
manipulará para que el bipartidismo siga siendo el modelo imperante,
y si no que al menos todas las informaciones remen en la misma
dirección en cada momento para seguir beneficiando a los mismos.
En
cualquiera de los modelos, la prensa nacional en general y los
periodistas de “prestigio” en particular no sienten el más
mínimo sonrojo en decir que lo blanco es negro si la cuenta de
resultados de su medio lo demanda, o si su nómina depende de ello
(ojo al entrecomillado). Hago aquí un aparte para lo poco que queda
de dignidad en el gremio, que haberlos haylos…
Si
quien MANDA es además quien controla a quien “INFORMA”, ya
tenemos EL RELATO. Al final tenemos que, la información no es
información, es el relato con el que interesa se riegue las mentes
de los desnortados ciudadanos. Así opinamos, criticamos, aplaudimos
y “votamos”…
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