martes, 24 de marzo de 2020

DEBEMOS RESETEARNOS, por Paco Vega.


Llama la atención que los mismos que aplauden la publicidad -en forma de donaciones- del evasor fiscal y máximo precarizador laboral Amancio Ortega, guarden un sepulcral silencio sobre la ayuda que se está recibiendo de países como China y Cuba; que hayan guardado históricamente y sigan guardando un sepulcral silencio sobre las políticas privatizadoras de la Sanidad Pública de la derecha, de cuyos polvos observamos ahora los tristes lodos…

De nada sirven ahora los aplausos al sector sanitario cuando durante décadas se ha votado y aplaudido a políticas depredadoras de la Sanidad Pública. De nada sirven estos aplausos si en el futuro no escrutamos con más tino los apoyos que depositamos en las urnas en forma de voto a los que no han parado ni pararán (lo dicen sus programas y sus acciones cuando gobiernan) de destrozar la Sanidad Pública en favor de un poderoso sector privado de amiguetes.

Alguna lección debemos sacar de esta tremenda catástrofe humanitaria, de dar importancia o lo sensato como es LA SALUD PÚBLICA. De lo contrario estaremos condenados a la extinción.

Huyamos de los trileros que nos gritan con gruesas palabras llenas de odio y vacías de contenido. Está bien sentirse orgulloso de una bandera y una patria que cuida y pone a las personas en el centro de la ecuación, lo demás son arengas cuarteleras que en nada ayudan a las personas. Todo lo demás son consignas para engañar a los ingenuos. Cuando las políticas no pongan a los discapacitados, los parados, los trabajadores y las políticas para las mayorías en el mástil de la bandera, es que sólo la utilizan para beneficiar a los de siempre, los poderosos y los mejor acomodados. Buscan nuestro voto pero no nuestro bienestar.

Debemos resetearnos como hacemos con los ordenadores y otros aparatos cuando vemos que su funcionamiento no es lo fino que debiera. Lo mismo sucede con nuestras cabezas que a base de ser martilleada y manipulada por los potentes medios de comunicación al servicio de los poderosos, acaba muy perjudicada y nos impide pensar con claridad. RESETEEMOS PUES...

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