lunes, 21 de diciembre de 2020

Un país de ratones, por Paco Vega

 

Este país de ratones siempre estuvo gobernado por gatos. Los gatos eran unas veces negros
y otras blancos, pero siempre gatos, que por supuesto hacían políticas favorables para gatos. Los gatos blancos eran mucho más bonitos y amables que los gatos negros, pero seguían siendo gatos y, aunque sus andares y hasta su maullido era mucho más dulce, siempre acababan aprobando ventajas legales para los gatos, y por consiguiente perjudicando a los ratones. Ahora por primera vez, se han colado unos pocos ratones en un Gobierno de gatos. Los ratones del gobierno intentan hacer lo que pueden por favorecer a sus congéneres, han hecho mucho ruido y conseguido algunas ventajas para los ratones hasta ahora impensables. Pero ahora que ya se han aprobado los presupuestos vemos como los gatos han vuelto a dejarse crecer las uñas y afinar sus bigotes. Cada día cuesta más a los ratones conseguir que los gatos pongan en marcha las políticas que firmaron con los ratones en el pacto de gobierno, y claro, como los ratones son minoría temen -con toda lógica- que los gatos vuelvan a escuchar a su instinto natural, por muy blancos y dulces que sean.


Escuchar en sendas entrevistas estos días el maullar de las gatas gubernamentales que ocupan el puesto 2º y 4º en este gobierno mayoritariamente gatuno, indica que quizás los ratones empiezan a estar en peligro. También el lomo curvado y las uñas fuera del Presidente Gobierno gatuno nos indica que la cabra tira al monte (o que los gatos siguen cazando ratones). Es evidente que los gatos blancos prefieren gobernar en solitario -se les nota demasiado- y llevar ellos en exclusiva las políticas de ratones y gatos. Es lógico pensar que los gatos blancos en un gobierno exclusivo no tendrían problemas en pactar políticas de gatos con sus congéneres negros, los matices es lo de menos. Y en esas estamos…


A los ratones no les queda otra que empoderarse y levantar pancartas que defiendan las políticas de los ratones para poder sobrevivir en esta sociedad felina, porque además muchos ratones siguen pensando que los gatos velan mejor por sus intereses que los ratones, incongruencias de la política... El problema principal es que casi la totalidad de los medios de comunicación, a través de los cuales se informan los ratones, están gestionados por gatos, que “ronronean” evidentemente en favor de sus congéneres, por lo que se hace bastante difícil hacer llegar a los ratones, preocupados en su sustento diario en torno a su queso, el mensaje político de los ratones, y que sólo los ratones podrán velar por sus propios intereses. Es evidente pensar que, cuanto más ratones haya en el gobierno mayores y mejores políticas se implementarán para ellos, pero los gatos de los medios de comunicación (con una mayoritaria presencia) convencen a los ratones de lo contrario, haciendo ver que el futuro más próspero para ratones está en los gobiernos de gatos, sean blancos o negros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario