lunes, 25 de abril de 2022

La Guardia Civil militar: un obstáculo para la solución de múltiples problemas, por Paco Vega.



Quizás está más cerca de lo que pensamos el que determinados policías entiendan, más allá de prejuicios y clichés, que «la izquierda verdadera» es la única que va a ocuparse de que puedan alcanzar unas condiciones económicas y de vida dignas, de que el dinero que el Estado invierte en medios materiales llegue efectivamente a las Unidades para las que fue destinado. Quizás algún día la mayor parte de los agentes comprendan que determinados partidos sólo buscan de ellos el voto. De ahí las palmaditas y las fotos, pero nada más. Quizás algún día la inmensa mayoría entienda que los himnos y las banderas sólo son “el folclore” que determinados políticos y partidos utilizan para ocultar la falta de inversiones y recursos en seguridad, en investigación y dotacionales. Quizás a determinadas ideologías políticas no interesan una democratización real de la policía por razones más que evidentes, lo estamos viendo cada día. La realidad policial está en la dignificación de la profesión y la democratización de los Cuerpos. Es inconcebible, por ejemplo, una Guardia Civil con carácter militar en el siglo XXI.

Cierto, hay cuerpos de policías franceses, italianos y de algún que otro país, que conservan un carácter militar. Siempre se nos ha puesto como ejemplo para que nos traguemos esa incoherencia, aunque las competencias militares sean “cero”. La Policía Nacional -ahora Cuerpo Nacional de Policía- fue también militar, pero al comienzo del periodo democrático de este país se estimó conveniente desmilitarizar el Cuerpo. Sin embargo la Guardia Civil sigue cargando con ese antidemocráticoSan Benito”, lo que ha servido para justificar infinidad de injusticias laborales, disciplinarias y de recortes de todo tipo. Nunca nadie explicó la razón lógica por la que un cuerpo policial como la Guardia Civil debía conservar ese anacrónico e injustificado carácter militar. Esta es quizás la principal reivindicación en este cuerpo policial, desplazada ahora por la excesiva escora hacia las derechas y sus asociaciones afines. Los desinformados uniformados aceptan con demasiada frecuencia y con incauta inocencia determinados eslóganes patrióticos, vacíos de contenido, en lugar de reivindicar la seguridad pública, su presente laboral y su futuro profesional. Desconozco las motivaciones por las que existen cuerpos policiales de carácter militar en determinados países, pero si les soy sincero tampoco me preocupa.

El principal problema es que hemos asimilado la existencia de los cuerpos policiales militares en algunos países europeos, y esto -de alguna forma- nos ha hecho normalizar este sinsentido en España. Pues no es cierto, ha sido siempre un engaño.

Yo no quería centrarme aquí porque es hacer el juego a la insensatez. No tiene justificación alguna, nunca la ha tenido, pero había que decirlo y se dijo. Las facetas y misiones policiales están bien definidas y muy alejadas del ejército y de las funciones militares.

Procuro estar al tanto de toda la problemática que envuelve al colectivo profesional al que pertenecí durante 22 años, de lo cual me siento orgulloso, pero no por ello tragaré con las ruedas de molino con las que siempre nos han querido hacer comulgar. Lamento que este Gobierno tampoco haya caminado en la senda de la desmilitarización y que hasta la Asociación más veterana de la Guardia Civil (La AUGC), se haya olvidado de esta reivindicación, con postulados en ocasiones más bien erráticos. Sólo hay que parar un momento y echar la vista atrás para comprobar lo que digo.

En fin, no pensé que a día de hoy hubiese que hacer un alegato completo de reivindicaciones referidas a formación, ascensos, destinos, vehículos, armamento, riesgos laborales, etc. Eso le toca a las asociaciones, si es que no han terminado de perder el norte. Y muchas más cosas que no menciono por no extenderme en exceso pero, si echamos mano a la historia y a las tradiciones, en lugar de la modernidad, efectividad y calidad de vida de los agentes, volveremos al barboquejo y al corchete (los más antiguos me entenderán).

Perteneciendo al mismo ministerio no se entiende que haya tantas diferencias económicas y de todo tipo. Otra razón de más para desconocer el sentido de una vinculación estéril con el Ministerio de defensa, con quien no le une absolutamente nada. Considero más bien que siempre ha sido una especie de bozal para el Cuerpo.

Pero ya adelanto que no me considero de vuelta de nada, me considero un aprendiz permanente de casi todo, aunque tenga serias y argumentadas razones a todo lo que expreso.

Sobre el tema de apoyar o no a los compañeros sólo decir que depende de la materia, el "corporativismo vacío" es un vicio que detesto, pero cuando tienen razón doy palabra y espacio para las reivindicaciones. Lo he hecho incluso con otros cuerpos policiales. En el “a por ellos” no me van a encontrar nunca. Tampoco en reivindicaciones vacuas de patrias y banderas, pero si en las justas reivindicaciones laborales, profesionales y democráticas.

Quizás la solución definitiva estaría en la unificación de ambos cuerpos policiales. Otro caballo de batalla, quizás el definitivo, ya que la policía no volvería a ser militar ni a punta de pistola (nunca mejor dicho). Y además redundaría en un ahorro económico real por el evidente recorte en duplicidades de todo tipo vigentes en la actualidad.

Echo en falta una ITV democrática de la policía española por todo lo que estamos conociendo ahora, y esta UNIFICACIÓN POLICIAL podría ser -sin duda- “la prueba del algodón” definitiva.


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