Pareciera que el Cabildo de Gran Canaria ha puesto el turbo con lo del tren, ahora que bajan revueltas las aguas del partido del Presidente del Cabildo y del Consejero del ramo. Sin embargo no parece que se estén haciendo muy bien las cosas. Es decir, que si hablamos de transporte público y movilidad sostenible en la isla de Gran Canaria, quizás deberíamos empezar por lo que viene a ser la génesis de la movilidad y el transporte, lo que viene siendo un estudio pormenorizado y actualizado del transporte y la movilidad de toda la isla y no sólo de una parte. Nada tiene que ver la movilidad del tramo Las Palmas-Sureste-Sur -por poner un ejemplo- que la problemática del tramo Las Palmas-Norte-Noroeste. Ya no digamos las conexiones con La Aldea o con los pueblos de interior de la isla.
Es evidente que en este tramo costero y llano el tren podría ser una alternativa disuasoria del vehículo privado, de la que en el pasado me mostré a favor (por falta de información). Había y hay que resolver un problema de saturación de las carreteras y esa me pareció buena solución, sin otras disquisiciones, pero acaso se han estudiado otras alternativas menos agresivas con el territorio, ya de por si muy maltratado, como los carriles bus exclusivos en toda la isla, o el bonotaxi para los pueblos más alejados de interior. Evidentemente NO, pero por alguna razón están empeñados en plantar trenes en las islas, aunque se aumente el daño al territorio, se despilfarren millones de dinero público y los problemas de movilidad continúen.
Pero vamos por partes, que dijo Jack “el destripador”: ¿De verdad es la movilidad lo que estimula el asunto ferroviario en Gran Canaria…? Porque el transporte público es de estas cosas que hay que tratarlo de forma integral, y más tratándose de una isla superpoblada, con necesidades bien diferenciadas. Una vía ferroviaria que conecte Las Palmas de Gran Canaria con el Sur de la isla no solventará los problemas de movilidad para el resto de Gran Canaria. Es más, teniendo en cuenta de que la movilidad existente entre los diferentes puntos de la isla, podrían formarse nuevos problemas de saturación o embotellamiento. Es decir, que podríamos desvestir a un santo para vestir a otro…
Por otra parte, sorprende el alejamiento del trazado ferroviario en algunos tramos de la actual autopista; sometiendo así al territorio a una nueva agresión paisajística. El trazado actual significaría someter al territorio a un nuevo hachazo medioambiental, con la instalación de esas catenarias y tendidos eléctricos nunca vistas por estos lares, a las que se unirían las kilométricas torres y sus tendidos de alta tensión, proyectadas el mismo tramo costero,lo que contribuirá a la gran “tela de araña” en la que están convirtiendo Gran Canaria y toda Canarias. Los nuevos tendidos de alta tensión, los numerosos aerogeneradores sin orden ni concierto, la instalación sobre suelo agrícola de miles de metros cuadrados de paneles fotovoltaicos y ahora sesenta kilómetros de catenarias para el tren, con su correspondiente parque eólico, cocheras e instalaciones varias, van conformando un panorama desolador para esta isla de Gran Canaria. Nos está quedando una “ECOISLA preciosa”...
Es evidente que el futuro de Canarias debe estar unido al del transporte público, pero no parece que el tren sea el camino correcto para resolver nuestro grave problema de movilidad.
No se trata de instalar kilómetros de vías y catenarias para unir dos estaciones cualquiera. Se trata de realizar un estudio pormenorizado y serio de movilidad para toda la isla, ya de por si superpoblada y desbordada de construcciones, carreteras, así como de vehículos y tendidos aéreos. El problema no es el tren. El asunto es conocer si ese tren dará respuesta al problema de la movilidad en Gran Canaria. YO CREO SINCERAMENTE QUE NO.
La génesis del problema no está en instalar más medios de transporte, sino en complementar los existentes para dar solución al problema, causando al mismo tiempo el menor impacto posible en el territorio.
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