En estas últimas semanas, a raíz de la declaración conjunta de los sindicatos CCOO y UGT, expresando su rechazo a la propuesta de Ley de Coordinación de Policías Locales impulsada por la Fecam, por no haberse negociado con los agentes; ha vuelto a rondarme el asunto de la seguridad en Canarias. Los sindicatos consideran que, está fuera de lugar la pretensión de la Fecam de llevar a cabo un proceso legislativo sin la participación de los sindicatos policiales. A esto se le suma el inacabado despliegue de la Policía Canaria, que se inició en junio de 2010, casualmente con el mismo pacto de gobierno al frente del Gobierno Canario que en la actualidad.
La creación de la Policía Canaria (Ley 2/2008, de 28 de mayo), se formalizó con la intención de incorporar a 1.700 agentes en varias fases. Sin embargo se constata que, trece años después de su puesta en marcha apenas cuenta con 300 policías, permaneciendo inconcluso el deseado despliegue. Actualmente sus integrantes se dividen entre las dos únicas comisarías existentes, la de Santa Cruz de Tenerife y la de Las Palmas de Gran Canaria. Para sus intervenciones deben desplazarse desde esos puntos hasta las demás islas, en viaje de ida y vuelta.
Aprovechando el enconamiento de viejos conflictos de las policías locales, además de el inacabado despliegue de la Policía Canaria, se podrían “matar dos pájaros de un tiro”. Estoy hablando claro está, de LA UNIFICACIÓN DE LA POLICÍA CANARIA. Puede que este sea el momento de consolidar avances importantes en la estructura de la seguridad de las islas. Avances nunca vistos en otros territorios del estado pero que, habida cuenta de las peculiaridades territoriales de las islas, puede ser sin duda un salto operativo y de calidad en la seguridad de Canarias. Considero que ya fue un avance importante, en su momento, la creación de la propia Policía Canaria. Una policía en la que casi nadie creía más allá de sus propios impulsores, pero que se ha convertido en una realidad incuestionable, quedando ahora pendiente su despliegue y consolidación definitiva.
Tenía serias dudas de la viabilidad legislativa del citado proyecto antes de documentarme convenientemente, pero repasando la legislación aplicable, su Ley de creación, así como el resto de normas de la Policía Canaria; he podido comprobar que, desde mi modesta opinión, no existen obstáculos insalvables para la citada unificación. Es más, yo diría que el legislador -intencionadamente o no- dejó previsto este más que oportuno “tránsito evolutivo” de la seguridad en Canarias.
La seguridad de las islas ha de situarse siempre en el centro del debate operativo. La formación y coordinación de sus agentes viene siendo en la práctica un asunto sin mucha controversia. La estructura orgánica y de funcionamiento operativo sólo requeriría de la creación de una Comisión Paritaria (incluyendo a los representantes sindicales), que se encargaría de depurar los pequeños obstáculos que pudieran surgir en el citado tránsito, tanto a nivel económico, organizativo y competencial.
Sólo así podrá alcanzarse la unificación y deseado despliegue definitivo de la Policía Canaria, con una plantilla mucho mayor de la pretendida inicialmente y con amplia experiencia; multiplicando su presencia en la calle, pudiendo abordarse además la asunción de nuevas competencias aún por desarrollar. Canarias contaría entonces con una policía integrada con más de tres mil agentes y con mayores competencias, con presencia en todas las islas y sus municipios.
Se da por hecho que los primeros obstáculos podrían venir de algunos miembros de la propia Fecam, que pudieran ver en la citada integración una injerencia en sus propias competencias; nada que no pueda ser abordado con dialogo y la voluntad de las partes. La propia Ley resalta “la necesidad de agotar todos los márgenes competenciales y capacidad de movilizar recursos de las administraciones públicas canarias, garantizando así el mayor nivel de coordinación y complementariedad”. Añade el citado texto que, “el concepto de Policía Canaria revela el propósito de dispensar en la mayor medida posible un tratamiento homogéneo, de forma que permita un óptimo aprovechamiento de los efectivos”.
Esto no deja de ser una opinión de un observador desapasionado, más allá de intereses políticos. La Policía Canaria es una realidad desde junio de 2010, aunque con no pocas dificultades de implantación. Mientras tanto, los agentes de las policías locales vienen luchando desde hace años por un marco profesional estable y de futuro.
Sólo queda entonces aunar esfuerzos para implantar definitivamente la nueva y Unificada Policía Canaria, avanzando así en la mejora de la seguridad de toda Canarias.