Aunque ya he dejado clara
mi opinión favorable respecto al tren de Gran Canaria, y ante la
vuelta a la actualidad de este controvertido tema, tengo que aclarar
algunos aspectos que deberían tenerse en cuenta antes de abordar
este asunto para el transporte en la isla de Gran Canaria:
1.- Siendo Canarias una
de las comunidades con mayor densidad de población que se concentra
mayoritariamente en las islas capitalinas (Gran Canaria y Tenerife),
con un parque automovilístico de 758.798 vehículos (DGT-2014), y
teniendo a demás las evidentes limitaciones geográficas que sufre
la isla, algo tendremos que hacer de cara al futuro inmediato. Los
colapsos circulatorios que venimos sufriendo de forma intermitente
los usuarios de esta isla son cada vez más frecuentes y graves.
2.- Independientemente
del medio de impulsión utilizado por los vehículos (ahora se habla
de impulsar los coches eléctricos, que me parece esencial en el
proyecto cabildicio de ecoisla), estos seguirán colapsando las
carreteras y dificultando cada vez más los desplazamientos.
3.- La carencia de un
transporte público eficaz, alternativo y disuasorio del uso del
automóvil acentúa esta problemática, lo que reduce el uso de este
sistema única y exclusivamente a las personas que no pueden disponer
-por diversos motivos- de vehículo particular.
4.- En un territorio
finito como el de una isla, en el que cada vez es más difícil
trazar nuevas carreteras, dañando con ello el paisaje y dando pie a
nuevos procesos especulativos que tantos quebraderos de cabeza nos
han dado, especialmente en el norte grancanario, se hace necesario un
ESTUDIO SERIO del transporte en la isla de Gran Canaria, del que no
puede quedar fuera la conexión con el segundo puerto de la isla y la
principal conexión marítima con la isla de Tenerife.
5.- El actual proyecto de
tren de Gran Canaria tiene fallos de grueso calibre en mi modesta
opinión: