domingo, 3 de agosto de 2014

GENERACIÓN CHACHI... para la reflexión, por Paco Vega.

Creo sinceramente que los 50 (a mi me falta poco, aunque otros ya han llegado), es una edad perfecta para reinventarse, para hacer cosas nuevas, para atreverse con lo que que años atrás ni se nos hubiera pasado por la cabeza. Los cincuenta es una edad redonda para seguir creciendo como personas, en la que aún tenemos salud y energía suficientes para afrontar nuevos retos y aventuras sin los amargos complejos del pasado, sin las vergüenzas que a tantos nos hicieron sufrir estúpidamente. Ahora que sabemos que la vida se nos va en un suspiro, necesitamos suspirar y recobrar el aliento cada día para vivir intensamente la pequeña parcela de emociones en que podemos convertir nuestras vidas.
Tenemos que atrevernos..., que ser valientes y optimistas. Si, lo sé, no podemos despegar los pies del suelo, la vida ya nos ha enseñado muchas cosas, pero la ilusión debe ser el motor de nuestras vidas, las alas que nos impulsen a volar; un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, un nuevo amor... Todo es posible ¿quién dijo miedo?


A pesar de nuestras experiencias de vida debemos ser conscientes de que nos queda mucho por aprender y mucho por descubrir, mucho por vivir, pero eso es imposible si no salimos de nuestras “trincheras”, de nuestro refugio de seguridad. De vez en cuando hay que salir a explorar mundo, a vivir experiencias nuevas, a disfrutar de la vida. Tenemos que dejar que el aire nos sople en la cara, que las gotas de lluvia mojen nuestra piel, y SENTIR, sentir que vivimos intensamente. Y para eso no es necesario tampoco hacer ninguna locura, se trata simplemente de ser capaces de aparcar nuestras obligaciones y auto-exigencias y darnos una oportunidad a nosotros mismos.
¿Qué si tengo problemas? Claro que los tengo, quién no los tiene, pero qué vamos a hacer, vamos a pasarnos la vida lamiéndonos las heridas o a luchar y a disfrutar de lo que Dios o Alá o la Energía Cósmica... nos ha dado.
Podemos volver a ser aquellos niños de hace casi cuarenta años, pero no me refiero a que volvamos a jugar y a recuperar la inocencia, estoy hablando de recuperar la ilusión de entonces, las ganas de descubrir y descubrirnos, de vivir y vivir intensamente, el interés por explorar y aprenderlo todo porque, no sabemos nada... y todo está por aprender y por descubrir.
Quitémonos las corazas y los escudos y salgamos de las trincheras. Vivamos la vida porque sólo vamos a tener una oportunidad. Seguro que todos saben de lo que estoy hablando.
Un abrazo y un beso muy fuerte para tod@s.

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