Imágenes
de grandes construcciones y otras agresiones al territorio debe
invitarnos a la reflexión, comprendiendo que las infraestructuras
importantes para el desarrollo de esta tierra canaria puede y debe
estar en perfecta armonía con la naturaleza. Es posible y asumible
la construcción de grandes instalaciones sin dañar más de lo
necesario el entorno. Conseguir la mimetización de grandes y
pequeñas infraestructuras en el entorno debería ser la filosofía
edificatoria por parte de los técnicos y demás actores
intervinientes. Muchas de estas actuaciones son un atentado al
paisaje y duele a la vista su contemplación. No se debería permitir
actuaciones que irrumpan de forma violenta en unas islas tan frágiles
como las nuestras, independientemente de su utilidad pública.
Por
tal motivo urge una reflexión colectiva ante la visión de lo que NO
DEBE HACERSE. Las autoridades que las promocionan o dan su aprobación
y los técnicos que las diseñan, deben ser críticos con los
proyectos que no respeten la naturaleza sobre el que se asientan.
Nuestra
tierra canaria se nos presenta de las más variadas formas, verde y
frondosa en ocasiones o agreste, árida y volcánica en otras; todas
ellas bellas, inigualables e irrepetibles. Tenemos la fortuna de
vivir en unas islas con unos parajes únicos que debemos valorar y
apreciar.
Todos
los elementos intervinientes durante los procesos constructivos
pueden y deben estar en perfecta armonía, incluyendo la protección
al territorio. Debemos asumir que la construcción de grandes
estructuras en nuestras islas debe ir precedida de un estudio
pormenorizado, no sólo del dónde y del por qué, sino del CÓMO.
Ese CÓMO conseguirá que cada herida infligida al territorio sea lo
menos dolorosa posible, ya que estas son irreversibles. Sólo así
conseguiremos el ansiado desarrollo sostenible para nuestras islas,
un territorio muy frágil.
Al
buen observador no se le escapa multitud de obras de todo tipo que se
han
realizado sin el cuidado y protección al territorio. Me viene a la mente construcciones relativamente recientes y de gran impacto en el territorio como es la prisión de Juan Grande en Gran Canaria, en la que se podría haber realizado un esfuerzo mimetizador con el territorio, sin embargo se prescindió totalmente de esta opción. Ahí está para la posterioridad ese engendro de hormigón que se plantó en una zona eminentemente agrícola del municipio de San Bartolomé de Tirajana. Al final sus vecinos han tenido que cargar con un monstruo que llegó cargado de mentiras y hormigón.
realizado sin el cuidado y protección al territorio. Me viene a la mente construcciones relativamente recientes y de gran impacto en el territorio como es la prisión de Juan Grande en Gran Canaria, en la que se podría haber realizado un esfuerzo mimetizador con el territorio, sin embargo se prescindió totalmente de esta opción. Ahí está para la posterioridad ese engendro de hormigón que se plantó en una zona eminentemente agrícola del municipio de San Bartolomé de Tirajana. Al final sus vecinos han tenido que cargar con un monstruo que llegó cargado de mentiras y hormigón.
Debemos
cuidar nuestras islas. Debemos proteger nuestra tierra que es además
nuestro hogar. De lo contrario sólo tendremos cemento para comer en
un futuro no muy lejano. La nefasta Ley del Suelo, que en estas
fechas se tramita en el Parlamento Canario -para regocijo de los
amigos del cemento- va precisamente en esta línea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario