A
veces me gustaría decir a determinados políticos que no todo vale
para llegar al poder o afianzarse en el mismo, que mentir está feo y
que los ciudadanos no somos tontos.
Intentar
escalar puestos políticos de la mano de la falsedad y la arrogancia
nos da pistas sobre lo que podemos esperar sobre su trayectoria
política.
La
mejor campaña electoral que puede realizar un político es su
gestión de gobierno, y tiene además cuatro años para ejercerla. No
nos venda la moto quince días antes del final de su legislatura con
lo que no ha sido capaz de realizar. No nos venda la moto si usted ha
gastado miles de euros de recursos públicos en postureo y
narcisismo. OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES. No encuentro otra
frase que condense mejor el razonamiento.
Que
meter la mano en la caja está feo y además es delito. Que meter la
mano no siempre requiere la literalidad de la frase, también es
amañar contratos y apañar comisiones. Que las llamadas puertas
giratorias es corrupción -digan lo que digan- y la corrupción está
fea, a todos los niveles. Que si usted manipula contratos y
concesiones a cambio de un puesto futuro bien remunerado, también es
corrupción. Que el empresario que corrompe lo hace para sacar tajada
y también es delito.
Que
los ciudadanos estamos hartos de pagar impuestos que luego dilapidan
en fuegos de artificio los que piensan que sólo deben rendir cuentas
ante las urnas.
Que
las mentiras tienen las patas cortas y la honradez no se puede
comprar. Se tiene o no se tiene.
Algunos,
con el gobierno en las manos, no saben demostrar otra cosa que su
incompetencia porque no valen o porque han entrado en política para
otra cosa...
Cada
uno decide si quiere pasar a la posteridad como el más “listo”
del cementerio o el más honesto y trabajador, porque allí iremos
todos a parar sin remisión, aunque algunos crean que no.
Cada
uno decide si quiere pasar a la historia por el número de cabezas
que pisó o por las manos que estrechó.
Las
adulaciones sólo engrandecen los egos que te alejan de la realidad,
pero las críticas -cuando son constructivas- pueden ser provechosas
para corregir el rumbo.
Los
ciudadanos debemos ser críticos y exigentes con la clase política
porque son los que administran el dinero de nuestros impuestos, y
alguna opinión tendremos al respecto. Los cheques en blanco nunca
fueron una buena fórmula de control para los que gestionan dinero
público.
Utilicemos
la cabeza para algo más que llevar un bonito corte de pelo… La
inteligencia siempre amplió horizontes, derribó barreras y evitó
corruptelas.
Tengamos
vergüenza política...
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